Viral en Twitter

El intrigante relato de cómo descubrió que su compañera de piso escondió a una persona seis meses

María narra las sospechas que tuvo desde el inicio y cómo destapó los hechos sin llamar a la policía

Puerta cerrada

Puerta cerrada / Pixabay

María Aragón

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Los pisos compartidos dan lugar a escenas divertidas pero también a auténticas películas de terror. La convivencia suele ser complicada cuando en la puerta de al lado hay una persona completamente desconocida. Pero, ¿qué pasa cuando sospechas que tras la puerta hay otra persona oculta? 

Esto le sucedió a María, que ha narrado su historia en un hilo viral en Twitter donde también ha puesto algo de humor. En él, esta tuitera cuenta cómo descubrió que durante seis meses una de sus compañeras tenía escondida a otra persona viviendo en su habitación. "Y no nos dimos cuenta ninguna".

María estudiaba Ingenería Aeroespacial en Sevilla. En su primer año de universidad, buscando piso con mucha rapidez, acabó viviendo con una chica de Jerez y una francesa de 30 años. "Llamémosla Diana", dice. Una mujer un poco rara según describe.

Rarezas como que no les dejaba llevar a gente al piso, apagaba el termo en mitad de la ducha de sus compañeras, solo salía para ir a la facultad, no se duchaba, no limpiaba, no hablaba, comía encerrada en su habitación... Y pasaba los fines de semana encerrada en su cuarto. Pero todavía no hemos llegado al drama.

Un día, María vio una fotocopia del documento de identidad de esta mujer. Resulta que no era francesa como decía, sino rumana. Comenzaron a saltar las alarmas. 

En una ocasión escuchó a alguien toser. Al rato, llegaron sus dos compañeras de habitación. En ese momento no le dio mucha importancia.

Estas cosas del baño desataron todo tipo de teorías en su cabeza. Pensó que tenía alguien escondido en la habitación que no podía salir a lo largo del día porque siempre había alguien, así que usaba un orinal y por la noche lo vaciaban. O aprovechaba que dormían para usar el baño. Esto podía explicar también el hecho de que siempre comiera en su habitación. Pero la teoría en ese momento sonaba de todo menos realista.

Sin embargo, el drama llegó en febrero durante un viaje a Granada. Un viaje de un día en el que cuando volvió a casa se encontró el pestillo echado. 

Alguien empujó la puerta desde dentro, pero sin abrir la puerta. Diana tampoco respondía al whatsapp ni le cogía las llamadas. 

Tras este mensaje, tardó 10 segundos en abrir y volver corriendo a la habitación después de 15 minutos sin poder levantarse. María estaba convencida de que era su okupa y no ella. Avisó a sus amigas y comenzó la operación para destapar el asunto. Le pidieron llamar a la policía, pero ella preferirla pillarlos primero. 

El plan era esperar en el salón hasta que llegase Diana o el okupa saliera de la habitación. Las amigas, mientras, hicieron búsquedas en Internet sobre esta persona. 

Llamó a Diana y un par de minutos después entró desde la calle. ¡Pillada!

Ella trató de buscarle una explicación pero Diana no respondía nunca. Cogió sus cosas y se fue a dormir a otro sitio esa noche. Llamó a la casera, que no hizo mucho caso y aplazó el problema al día siguiente.

La casera dejó el marrón a María de echarla. Se arrepintió de no haber llamado a la policía. "Con lo pava que soy, estoy que le digo que se vaya". Esa noche durmió en el piso con Diana, que decía que su hermana, la okupa, ya se había ido. Por si acaso, puso el escritorio en la puerta. 

Para solucionarlo, al día siguiente llegó la madre de su otra compañera.

Pero Diana no apareció, y la madre se tuvo que ir. Poco después, llamó la casera y les  dijo que Diana había decidido irse. "Tampoco me alegro de que se tuviera que ir, pero hizo las cosas muy mal. Si nos hubiera dicho que tenía problemas de dinero y que su hermana se iba quedar en su habitación, pues perfecto".