Visto en Twitter
El espectáculo de dos señoras para no ceder su asiento a un bebé en el avión
La pareja llevaba a la niña en brazos al ser menor de dos años, pero no había mascarillas suficientes para los tres
Una azafata les pidió el cambio por seguridad, pero las propietarias de los asientos originales formaron su guerra particular

Un avión de la aerolínea española Iberia. /
El asiento en un transporte público es el bien más preciado, y cuando se trata de un avión en el que además has procurado sentarte con tu acompañante, cualquier guerra te parece leve.
Así se lo tomaron las dos señoras que, viendo que se les pedía ceder para la comodidad (y seguridad) de un bebé, decidieron que era mejor montar el pollo.
El episodio lo contó la periodista Beatriz Correal con algo de dramatización y mucho humor.
Volé hace poco con mi marido y mi hija. Como ella es menor de dos años, no paga asiento y viaja encima de mí. Si pensáis que volar con un bebé silencioso -buen matiz- te genera las simpatías de todo el pasaje... ¡HILO VA! 👇
— Beatriz Correal (@BeatrizCorreal) 23 de octubre de 2018
Ella contaba que la propia azafata de Iberia pidió ese cambio al comprobar las mascarillas. Una simple cuestión de seguridad, seguramente inútil pero que había que respetar. La pareja y el bebé estaban en una fila de tres asientos con un desconocido, pero en esa fila solo había tres mascarillas y en la de delante sí podían contar con cuatro.
Genial, así no se nos despresuriza la niña. Pensé yo.
— Beatriz Correal (@BeatrizCorreal) 23 de octubre de 2018
Pero no todo es tan fácil cuando está en juego sentarse una fila más allá o más para acá. Bien lo saben estas dos señoras, que plantearon una guerra psicológica desde el primer momento.
Empezaron a vocearle a la azafata, para que lo escucharan bien los pasajeros de delante y también los de detrás, que ellas habían pagado su extra en el billete de @Iberia para ir sentadas juntas. Y que por ahí no pasaban.
— Beatriz Correal (@BeatrizCorreal) 23 de octubre de 2018
No estaban teniendo en cuenta que el bebé se exponía a una muerte segura si no tenía esa mascarilla en caso de emergencia. Drama.
¡Por humanidad! ¡Por caridad! ¡Que si nos despresurizamos el bebé no tiene mascarilla, muerte segura! (👁️OJO: Dramatización) Parecía implorarles la azafata ante el pollo en medio del pasillo con parte del pasaje aún sin embarcar. Y ellas que no y que no. Que no nos los cedían.
— Beatriz Correal (@BeatrizCorreal) 23 de octubre de 2018
"¡Qué mascarilla, mascarillo ni niño muerto!" (👁️: Dramatización)
— Beatriz Correal (@BeatrizCorreal) 23 de octubre de 2018
La niña pasaba de todo el lío formado y decidió dormirse. Cosa de adultos, pensaría, nada que objetar ahí.
A estas, la niña, a la que solo le interesan los pollos cuando los monta ella, se me había dormido. Una de las señoras se apresuró a pasarnos por encima, restregándonos el culete a la niña y a mí para ocupar su sitio "tranquila, gracias a Dios soy flexible".
— Beatriz Correal (@BeatrizCorreal) 23 de octubre de 2018
Una de las señoras se instaló en el pasillo, sin parar de gritar que las mascarillas no eran su problema sino el de esta pareja. Que lo hubieran mirado antes, y que se separaran ellos.
La azafata le insistía en que priorizan no separar a padres con un bebé y que iba a llamar al Comandante porque su actitud y su falta de empatía y colaboración era vergonzosa. A ella plín.
— Beatriz Correal (@BeatrizCorreal) 23 de octubre de 2018
Finalmente hubo cesión, pero con pocas ganas de colaborar y muchas de reprochar. Cesión a medias, podríamos decir.
Al final el núcleo resistente de la pareja de señoras se sentó en el asiento de detrás. Para dejar pasar al resto del pasaje. Pero enseguida llamó a la azafata para repetirle que ella tenía todo el derecho del mundo a volar junto a su amiga.
— Beatriz Correal (@BeatrizCorreal) 23 de octubre de 2018
Que lo del bebé sin mascarilla era un problema del bebé, de los padres, de Iberia o de la azafata. Pero desde luego no suyo.
— Beatriz Correal (@BeatrizCorreal) 23 de octubre de 2018
Así que Beatriz decidió que su marido se cambiara de sitio y que la señora triunfara y se llevara el aplauso que buscaba, cual actriz de Hollywood al recoger su premio.
Como ahí nadie cedía y la niña no me iba a explotar en pleno vuelo por no ir sentada junto a su padre, cosa que no podía asegurar de las dos señoras y luego esas manchas no salen, le dije a mi marido: "Cámbiate tú, por Dior".
— Beatriz Correal (@BeatrizCorreal) 23 de octubre de 2018
Se puso en pie y le dijo a la azafata que no pasaba nada, que él se cambiaba a otra fila. La señora, triunfal, se levantó. En ese momento se escucharon un par de aplausos "¡Señora, ya se ha salido con la suya!", pero poco más, para toda la expectación que estábamos generando.
— Beatriz Correal (@BeatrizCorreal) 23 de octubre de 2018
Aunque lo hizo con cierta desgana.
También nos restregó a la niña y a mí su culo para ponerse en el asiento central, y lo único que me dijo fue "toma, el avioncito de la niña", cuando se sentó encima y se lo clavó.
— Beatriz Correal (@BeatrizCorreal) 23 de octubre de 2018
No es que yo sea cotilla, pero viendo las ganas, qué digo ganas, ¡NECESIDAD! de las dos señoras de no separarse esas dos horas, puse la oreja. Una repartía la herencia de su anciana madre, aún viva. La otra no paró de enumerar las ONGs infantiles con las que colaboraba.
— Beatriz Correal (@BeatrizCorreal) 23 de octubre de 2018
Pero, ATENCIÓN, no iba a quedar ahí la cosa. ¿Qué se siente al tener la amenaza constante de un bebé que podría vomitar en cualquier momento? La venganza es un plato que se sirve frío...
HUBO VENGANZA. Sutil, pero venganza. A media hora de aterrizar, se despertó la niña. Me giré teatralmente hacia el asiento de atrás a pedirle a mi marido "LA BOLSITA DE VOMITAR, QUE YA SABES LO QUE SE MAREA DURANTE EL ATERRIZAJE".
— Beatriz Correal (@BeatrizCorreal) 23 de octubre de 2018
Coloqué a la niña girada, apuntando hacia ellas mientras manipulaba ruidosamente la bolsita de papel retransmitiéndole a mi marido lo mareada que la notaba. Muchos minutos. Muy minutos.
— Beatriz Correal (@BeatrizCorreal) 23 de octubre de 2018
Y así tocamos por fin tierra. Con las señoras juntas, sí, pero más tensas que en el bautizo de un gremlin.
— Beatriz Correal (@BeatrizCorreal) 23 de octubre de 2018
Por último, la prueba, la imagen exclusiva de las Thelma y Louise de la aviación.
Noticias relacionadasComo bonus track, una foto que les robé a las Thelma y Louise de la aviación mientras esperaban en la cinta su equipaje. pic.twitter.com/fZWjWwp2QQ
— Beatriz Correal (@BeatrizCorreal) 23 de octubre de 2018
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