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La intrigante "historia de la caca", la investigación del robo de una tarjeta con un giro inesperado

Le robaron la tarjeta de crédito y pilló a la ladrona con las manos en la masa

Tarjeta de crédito

Tarjeta de crédito / periodico

María Aragón

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Promete nada más comenzar. "La historia de la caca". Así, sin más. El relato de la noche que la tuitera @rebecasrz se hizo leyenda en El Lateral de la calle Fuencarral, en Madrid. "Por petición de las supervivientes, algunos nombres han sido cambiados. Por petición de las víctimas, el resto se cuenta tal como pasó", dice. ¿Y qué pasó? ¿A qué viene tanta intriga?

Se cumplen dos años del regreso a Madrid de esta tuitera. Y claro, viniendo de una temporada en Asturias la casa se le hacía pequeña y necesitaba calle. Mucha calle, todo el día para arriba y para abajo, saliendo y entrando. Y llegó un fin de semana de junio en el que todo dio un giro dramático.

Ella solo pretendía comerse una hamburguesa en un festival. Y la noche no dio mucho de sí, o no más de lo normal.

Se marchó a casa, no sin antes pasar al Burger King a comerse una hamburguesa, y acabó acostándose a las tantas. Pese a todo, a las ocho, porque "calor y alcohol", acaba levantándose. Y a media mañana se da un paseo y aprovecha para sacar dinero.

Drama. Momento tenso. No sabes si tienes la tarjeta pero la has puesto en otro sitio. Si la has perdido entre la locura de la noche. Si te la han robado y ahora están fundiéndote el dinero. La angustia, un sinvivir. Decides pasarte el dinero a otra cuenta porque es domingo y nadie te hace caso en el teléfono del banco.

Pero llega la noche y a esta tuitera le da por mirar los movimientos en internet. Saltan las alarmas. NÚMEROS ROJOS. Pequeños gastos, poco a poco, en distintas tiendas.

En mitad de la desesperación, un nuevo dato: alguien acababa de usar su tarjeta en Lateral de Fuencarral. 7 euros menos. Y al lado de casa. "¿Qué haría Veronica Mars en esta situación?", dice. "Es lo que me pregunto siempre en la vida". ¿Llamar a la policía?

No. Es mucho más emocionante bajar al bar y vivir tu particular película pillando al caco con las manos en la masa. "Y si no que me hagan un retrato robot del ladrón y se movilice todo el puto scotland yard". No sabe con quién se ha metido.

Pregunta al encargado, le da una explicación, investigan entre los recibos de la noche... Hasta que alguien da con la clave. Se acerca un camarero.

Vuelve a pensar en llamar a la policía, o cuál es la mejor estrategia para que nadie salga corriendo. "Soy la maldita madre de dragones de Chueca y suelto rayos láser con la mirada", se dice. Y se asoma. Y se desvela el pastel. ¿A quién ve detrás de la barra?

"¿Te lo estás pasando bien con mi dinero?", le dice toda digna. Y Vanesa que pone cara de querer morirse.

Le dice que se la encontró, que fue un error, que le devuelve el dinero, que vámonos para casa y todo bien. Y no, no está todo bien. Aquí nuestra superheroína llama a la policía y esperan juntas a su llegada.

Le piden el DNI, miran en su bolso y encuentran lo normal: un vaso lleno de croquetas. Se quería poner fina a costa de los pinchos del bar. Van a comisaría, se pasan horas allí, informa a sus compañeras de piso, ella queda en libertad... pero el drama no cesa.

La puerta estaba cerrada con candado por fuera, pero seguro que dentro había alguien. Había que actuar.

Todas vuelven a casa, y la situación se complica.

Y al día siguiente empieza la vida normal después de pillar a tu compañera de piso robándote.