Haciendo humor

El divertido hilo de la mujer que contagia su risa contando chistes

Habla de sexo, borrachos y manicomios, pero en todos los vídeos es incapaz de decir dos frases sin reírse a carcajadas

La mujer que cuenta chistes riéndose a carcajadas

La mujer que cuenta chistes riéndose a carcajadas / periodico

María Aragón

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Los chistes son un arte muy apreciado pero difícil de ejecutar. No todo el mundo vale para esto de hacer reír, y mucho menos para que la risa sea universal. Muchos son los que lo intentan, pero pocos los elegidos para la causa.

En ello está nuestra protagonista, una mujer que brilla en las redes por su capacidad para reírse sin más. ¿Son buenos chistes? Ella lo intenta, pero es lo de menos. Se ríe y hace reír. Así lo recoge el tuitero Sergio Brett, que ha hecho una selección de vídeos que te harán un día mejor.

La mujer primero intenta ser seria, porque la ocasión lo requiere. Pero es difícil decir más de dos frases seguidas cuando uno tiene en la cabeza lo que va a suceder:

— Doctor. Para una citología, ¿hay que ir personalmente?

— No, si quieres manda el papo y móntalo en un taxi.

Las historias de madres son su especialidad. Como el consejo que le da en este chiste a su hija.

—Mamá, mi marido salió ayer a comprar arroz y no ha vuelto. ¿Qué hago?

—¿Qué vas a hacer? ¡Haz espaguetis, maldita!

Aquí el nivel ya está bastante alto, difícil de superar semajante humor. Pero el ritmo no decae y nos encontramos con el típico relato que solo te hace gracia a las cuatro de la mañana. Eso sí, la risa es contagiosa.

Ha llegado el momento de hacer un inciso aquí y recordar que el mensaje no es tan importante como la forma.

Las historias que cuenta van subiendo de tono, y con el sexo la mujer se crece. En este habla de dos personas que están en pleno acto sexual, "haciendo el 69", cuando ella le dice que "se murió el alcalde". ¿Pero cómo le dice eso en este momento? No acertamos a saber el motivo, pero debe ser lo más gracioso que ha contado en su vida.

Tampoco se queda atrás esto de la cebolla y el papo. Lo explica muy bien, y casi aguanta la risa. Bueno, en realidad solo aguanta unos segundos, pero es que el final se las trae.

— Ningún hombre se quiere acostar conmigo porque me huele el papo a cebolla.

— Tranquila, te voy a presentar a un amigo que no huele, tiene mal el olfato.

Salen a bailar y después se van al hotel. "En pleno apogeo":

— ¡Tienes el papo de cebolla!

— Me dijeron que tenías problemas con el olfato.

— ¡Sí! Pero no veas cómo me están llorando los ojos, maldita.

En la historia de todas las estrellas del humor no puede faltar un chiste sobre borrachos. Aquí, el hombre que llega a casa y empieza a gritar en la calle para poder entrar.

— ¡María!

— Otra vez borracho, seguro que quieres que te tire las llaves.

— ¡No! La llave la tengo aquí, tírame la cerradura.

Para concluir esta intervención estelar, la mujer cuenta un chiste ambientado en un manicomio. Estos nunca fallan, pero además el público es agradecido.