La vida de Messi, en un anuncio de dibujos animados

Siempre se ha dicho que Leo Messi es un jugador de dibujos animados (aunque quien primero lo dijo fue Valdano refiriéndose a Romário), pero esa frase nunca había resultado tan convincente como hasta ahora. Una vez finalizada la temporada -la 14ª del astro argentino en la élite-, y a las puertas del Mundial de Rusia 2018, la marca de bebidas energéticas Gatorade ha lanzado un corto de animación inspirado en la vida de Messi (Heart of a Lio). La película, de estilo cartoon, recorre en apenas cuatro minutos toda la vida del futbolista, desde que se puso por primera vez los botines hasta que se embarca en avión [hacia Rusia], con tal de transmitir al espectador un mensaje muy concreto: "Si tienes un sueño que perseguir, nada puede detenerte". 

El anuncio, que tiene aires de Oliver y Benji, hace las delicias de cualquier fan del futbolista, de cualquier seguidor del Barça y de cualquier hincha argentino, porque si ahora mismo hay algo que debe tener entre ceja y ceja Messi, eso es conquistar el Mundial. En su carrera meteórica y repleta de éxitos, los únicos obstáculos que se le han resistido han sido los que ha intentado superar vistiendo la camiseta albiceleste. Con ella ha jugado cuatro finales, y las cuatro las ha perdido. Los muros tienen nombre propio: Brasil, Alemania y Chile (por partida doble).  Son espinitas que cualquiera querría sacarse. Y a eso va Messi a Rusia: a desquitarse, a tirar del carro, a acabar con las mofas y las críticas. Por eso, en parte, atrae tanto el anuncio de Gatorade. Porque deja una especie de final abierto, y muchos ya se han imaginado en su mente cómo será...

El viaje del héroe

Si se atiende a los estudios que existen sobre narrativa universal, resulta imposible no encontrar similitudes, incluso cronológicas, entre la historia de Messi y "el viaje del héroe". La Pulga, así lo llamaban en Rosario, acudió siendo un adolescente a lo que se conoce como "la llamada a la aventura", y lo hizo con ciertas dudas, en una etapa complicada debido a la enfermedad que le habían diagnosticado (déficit de la hormona de crecimiento) y que obligaba a su familia a desembolsar unos 1.000 euros mensuales en el tratamiento, toda una fortuna para un obrero metalúrgico como era entonces su padre, Jorge Messi, y una aflicción para su madre, Celia Cuccittini, sobre todo cuando el seguro del trabajo dejó de cubrirlo.

Firmó su primer contrato en una servilleta, en un trozo de papel que le tendió Carles Rexach, entonces secretario técnico del Barça, y que hoy es exhibido en el museo del club a modo de reliquia. El Barça pagó los pasajes y la familia entera acompañó a Messi hasta Barcelona. Allí emprendió su periplo en La Masía, donde los entrenadores ocuparon el rol de mentores y los compañeros se convirtieron en sus mejores aliados. Messi aprendió no solo una forma de jugar al fútbol, sino también una filosofía de vida, que junto a sus destrezas y habilidades le terminó abriendo las puertas del primer equipo.

Debutó oficialmente un 16 de octubre del año 2004, con a penas 17 años, y desde aquel día cambió la historia del barcelonismo. El resto es cultura popular del fútbol: el sextete, cinco balones de oro, goles épicos como el de Getafe, etc. La carrera deportiva de Messi ha sido, y sigue siendo, todo un éxito, en parte -y según ha reconocido él siempre-, por haber coincidido en el vestuario con personas que compartían su misma forma de entender el fútbol: Xavi, Busquets, Iniesta, Valdés, Puyol, Piqué... ¡Y qué decir de Guardiola! 

Sin embargo, no es un descubrimiento que los logros de Messi en el Barça siempre se han visto empañados por el calvario vivido en su tierra natal, debido a los constantes vatacazos que ha ido sufriendo con la selección Argentina. Y en ese punto de la historia sigue batallando el héroe, con el '10' en la espalda y la mente puesta en su próximo destino. Allí, en Rusia, puede sumar un nuevo fracaso o, de acuerdo con lo estipulado en la narrativa universal, puede resurgir de sus cenizas y lograr el triunfo definitivo, lo que terminaría consagrándolo como el más grande, y haciendo honor al lema del anuncio de Gatorade: "Si tienes un sueño que perseguir, nada puede detenerte". 

               Sigue a Extra en Facebook