DESDE EL MÁS ALLÁ

Tomar café dentro de un ataúd, la nueva tendencia en Bangkok

Una cafetería del centro de la capital tailandesa invita a sus clientes a tumbarse dentro de un féretro y reflexionar sobre la mortalidad

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El Periódico

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En Tailandia las modas pueden llegar a ser curiosas, algunas incluso extravagantes, especialmente para las personas de Occidente, pero la última tendencia en el país asiático ha dejado a más de uno "medio muerto". En Bangkok, una cafetería temática llamada Kid Mai Death Cafe se ha erigido como el primer local -y único en el mundo- que invita a sus clientes a tumbarse en el interior de un ataúd, de forma literal. Y su idea bizarra, que llama la atención mediática por su "experiencia espiritual", está teniendo una sorprendente gran acogida. 

La oferta del negocio, eso sí, se sustenta sobre un componente terrenal: un descuento del 10% en las consumiciones. Para conseguirlo, los clientes solo tienen que permanecer descansando en el féretro, cual vampiro esperando a que llegue la noche, durante mínimo tres minutos. La experiencia, que no parece muy apta para claustrofóbicos, seguramente atraiga a gente que le guste reflexionar sobre la mortalidad y el más allá, pero sobre todo motiva a aquellos que quieren disfrutar de una oferta de bebidas -cada cual más tétrica- a un módico precio.

"La muerte es un consejero sabio, solo hay una vida y, por lo tanto, debemos vencer nuestros temores y abandonar nuestra mezquindad", dijo un cliente al relatar su experiencia. "Cuando estás ahí dentro, sientes como si estuvieras muerto", dijo otro, después de probar el ataúd. "Lo primero que me vino a la mente fue: ¿y si nadie lo abre?".

Principios budistas

El cerebro creativo de todo este plan de marketing sombrío es el profesor Verranut Rojanaprapa, doctorado en Filosofía y Religión en la Saint John's University de Bangkok, quien espera haber creado un lugar capaz de recordar a la gente que la vida es muy corta. Muy crítico con el capitalismo, Rojanaprapa cree que la religión budista -con la que se identifica el 90% de los tailandeses-, arraigada en las ideas de la impermanencia y el altruismo, es la clave para librar a la sociedad de algunos problemas crónicos como la violencia o la corrupción.

"Descubrimos que tener conciencia de la muerte disminuye la codicia y la ira. Buda enseñaba a tomar conciencia de la muerte y decía que cuando una persona es consciente de que un día morirá, disminuye el propio 'Yo' en la mente de ese individuo. Este hecho conlleva un cambio en el sujeto. Cuando los adolescentes se meten en el ataúd y nuestro personal lo cierra, debido a la oscuridad, al poco espacio, empiezan a tener percepción de sí mismos... recuerdan las cosas que todavía no han hecho", dice Rojanaprapa, quien asegura pensar constantemente en su propia muerte, y que eso le hace, día a día, mejor persona.

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