Un catalán inventa la cacerolada definitiva: la máquina de hacer ruido

Un peculiar inventor crea un artilugio que sustituye a la cacerola normal "porque cada vez somos menos los que hacemos 'casoladas"

ZML

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El inventor Miquel Nogués, un vecino de Vinebre (Ribera d'Ebre), se ha propuesto redefinir el concepto de cacerolada, construyendo "la máquina de fer soroll", una máquina para hacer ruido y protestar de manera amplificada.

Se trata de un dispositivo formado por un bidón lleno de metales que gira sobre un eje mientras unos tubos lo golpean al tiempo que impactan en unas llantas de coche. Todo ello con la ayuda de un motor.

El propósito de esta "màquina de fer soroll" es "mostrar nuestro disgusto aún más" que con una cacerola normal, y "pedir que todos los presos encarcelados por el 'procés' vuelvan a sus casas", afirma Miquel.

Solo quedamos 4 o 5 para las caceroladas

"Al principio éramos muchos los que nos juntábamos para hacer esto de las ‘casoladas’ pero al cabo de un tiempo la gente lo fue dejando y ahora quedamos cuatro o cinco. Cada noche a las nueve activamos la máquina de hacer ruido durante cinco minutos. Se oye por todo el pueblo, de hecho, hace más ruido que el campanario de la iglesia", declara.

A la pregunta de si esta mecanización de la protesta no la deshumaniza un poco, su respuesta es que hay una evidencia, en esto de las 'casoladas', "al cabo de un rato te cansas. Con la ayuda de la máquina es más fácil, menos pesado", afirma Miquel.

Y añade: "No me he planteado llevarla a ninguna de las manifestaciones que se celebran en Barcelona. Cada vez que visito la ciudad me siento como el protagonista de Cocodrilo Dundee". O en su caso, Caçerola Dundee, que ya es como lo llaman algunos en Vinebre.

Una parrilla para 350 calçots

"Solo se trata de una máquina de hacer ruido, una vez los presos salgan de la cárcel la guardaré y ojalá no haya necesidad de usarla nunca más", nos dice este peculiar inventor, que cuenta entre sus inventos originales creaciones casi siempre en clave catalana, como por ejemplo la parrilla mecánica más grande del mundo, que le permite cocinar “hasta trescientos o trescientos cincuenta” calçots a la vez.