HÁBITOS DE CONSUMO

El (pintalabios) rojo siempre gana

El cosmético carmín es el objeto más vendido durante la crisis económica porque es multiuso: también sirve como colorete y sombra de ojos

Pintalabios rojo.

Pintalabios rojo. / periodico

VEGA S. SÁNCHEZ / BARCELONA

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La 'teoría del pintalabios rojo' ('the lipstick effect') explica que, en épocas de crisis, las ventas de barras de labios -y, en especial, las de color rojo- suben considerablemente. Hace unos años, Leonard Lauder, presidente de la empresa Estée Lauder, vio con sorpresa que durante una recesión económica, y en los meses previos a la misma, las ventas de pintalabios se disparaban.

Esos datos quedaron reflejados en un estudio realizado en el año 2012 por Texas Christian University en Fort Wort. Según este análisis, en el 2008, cuando casi todas las compañías empezaron a acusar caídas en las ventas en el marco de la crisis económica mundial, L'Oréal, una de las empresas de cosméticos más grande del mundo, se mostraba inmune a esa vorágine bajista. Y no solo eso: incrementó sus ventas un 5,3% ese año.

Y es que a medida que la crisis económica se acerca, los consumidores dejan de comprar bienes de lujo y los sustituyen por productos más baratos y sencillos. En este supuesto, las mujeres dejarían de comprar moda y productos de belleza caros (vestidos, joyas y cosmética de alta gama) y se centrarían en los más baratos, entre ellos el pintalabios de color rojo. ¿Por qué? Porque el pintalabios rojo, además de ser un producto barato, es un cosmético multiuso: también puede ser utilizado como colorete o sombra de ojos -para dar un poco de color carmín a mejillas y párpados- si se aplica con cuidado y cierto arte. Además, siempre según este estudio, es un complemento que hace que las mujeres se sientan más guapas y optimistas.

TRAS GRANDES CATÁSTROFES

Ha ocurrido en todas las crisis, empezando por la de 1929, y también en otros grandes conflictos o catástrofes como el 11-S. Y es una realidad que las grandes marcas de cosméticos, como Helena Rubinstein, se forjaron a partir de las guerras mundiales, sobre todo, de la primera.

Por contra, en épocas de bonanza económica aumenta la venta de electrodomésticosvehículos y viviendas.

La explicación vendría dada porque los electrodomésticos se consideran artículos de lujo: un televisor de más pulgadas o una cafetera más moderna pueden esperar hasta que lleguen tiempos mejores. También en épocas de crisis se prefiere la reparación -de lavadoras, frigoríficos, vehículos...- y, cuando llega una etapa de bonanza económica se opta por cambiarlos en vez de repararlos.

Lo mismo ocurre con el sector del automóvil y de la vivienda: en época de crisis, aparte de que se coge menos el coche (por el coste de la gasolina), también se opta por utilizarlo unos años más. Y la vivienda ya no nos parece tan pequeña o incómoda si estamos sumidos en una crisis económica.