Entrevista a una de las ganadoras del premio eWoman

Pi: "Hemos construido un modelo donde no tienes que elegir entre tu carrera y tu vida”

Carlota Pi nació en 1976 en Barcelona. Estudió Ingeniería Industrial en la Universidad Politecnica de Barcelona y cursó un MBA de IESE. En el 2010 fundó Holaluz junto a Oriol Vila y Ferran Nogué, una compañía de luz que ofrece energía 100% verde. Es la ganadora del premio eWoman a la Emprendeduría by PMP Prêt-à-Porter cases

Carlota Pi, cofundadora y presidenta de HolaLuz

Carlota Pi, cofundadora y presidenta de HolaLuz

Gema Carrasco

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-¿Qué significa para usted el premio eWoman al emprendimiento?

-Estoy súper agradecida de recibir este premio. Yo lo recojo en nombre del equipo de Holaluz. Tengo el privilegio de ser la representante, pero al final es para todo un equipo, que nos levantamos todos los días para conectar personas a la energía verde, persiguiendo un planeta 100% verde y haciendo cosas diferentes y cambiando la forma en la que se produce y consume la electricidad en el país del sol. 

-Licenciada en ingeniería industrial, un mundo con mayor presencia masculina. ¿Ha sido difícil para usted abrirse paso en un sector de hombres?

-Este mundo está hecho según un paradigma de hombre blanco heterosexual de primer mundo y todo lo que no responda a ello, no encaja. Muchas veces de forma inconsciente, simplemente porque el sistema tiene un sesgo y el sesgo que tiene no es el tuyo y, por lo tanto, te encuentras dificultades y muchos retos. Por ejemplo, cuando entré en la Escuela de Ingeniería, se llamaba Escuela de Ingenieros Industriales y les hicimos cambiar el nombre. Solo tenía cuartos de baño para mujeres en las plantas pares.

-En el 2010 fundó junto a otros dos ingenieros, Oriol Vila y Ferran Nogué, HolaLuz, una compañía que apuesta por la energía verde. ¿Cómo surgió la idea?

-En el máster del IESE aprendimos de José Antonio Segarra, un profesor que tuvimos, que una compañía que está bien gestionada y que es capaz de encontrar su camino hacia la rentabilidad, debía de convertirse en una herramienta para cambiar el mundo. Para mí esto fue toda una revelación, porque yo pensaba que este acometido estaba reservado a las ONGs o a los gobiernos. No había pensado nunca que fuera el propósito último de una empresa. Entonces estábamos en un bar después de la graduación y yo tenía un documento escrito al que le había dedicado varias semanas, se lo enseñé y les pregunté si querían conectar personas a la energía verde. Me dijeron que sí y nació Holaluz. 

-Se ha convertido en un referente para muchos. ¿Qué cualidades son necesarias para convertirse en emprendedor? 

-Es muy difícil de decir porque hay tantas versiones de emprendedores como de personas. Pero nosotros tres somos personas optimistas y para mí eso es algo esencial. Ser optimistas con gran capacidad de trabajo y, a la vez, ser capaces de rodearnos de un equipo de trabajo mejor que nosotros mismos nos está funcionando muy bien. No quiero decir que sea igual para todos, pero en nuestro caso es así.  

-Se están consiguiendo grandes hitos en materia de igualdad, pero aún falta mucho por hacer. ¿Qué cree que falta para seguir avanzando en materia de igualdad? 

-En materia de igualdad falta casi todo. Hace tiempo leí un informe de la ONU que decía que los niños que entran en la educación primaria con 6 años, cuando tengan 80 vivirán en un mundo igualitario. Este ritmo de evolución es inaceptable. Yo soy muy fan de las cuotas, nosotros las aplicamos de manera salvaje. No se tiene que escoger entre cuotas o meritocracia, sino que tienen que ser cuotas y meritocracia. Esto introduce un sesgo positivo en el sistema y hace que el sistema sea más proclive a incorporar cada vez a más mujeres. En Holaluz tenemos 50% de mujeres en todos los equipos y todos los niveles. 

-¿Qué políticas lleva a cabo Holaluz para conseguir la igualdad?

-Además de las cuotas, nosotros somos una compañía de trabajo 100% flexible y 100% por objetivos. Ahora es más fácil porque después del coronavirus todo el mundo ha visto que se puede trabajar desde cualquier sitio, pero hace solamente 3 años la gente nos decía que estábamos locos. Nosotros apostábamos por un modelo de personas bien preparadas, bien capacitadas, alineadas con nuestros valores y que conocieran bien los objetivos como compañía, porque no son nuestros, son de todos. Esta forma de trabajo favorece mucho el desarrollo de las personas, especialmente de las mujeres. 

-Actualmente la media de mujeres directivas en España está en el 19%. ¿Cómo se puede trabajar para aumentar esta cifra?

-Cuotas combinadas con meritocracia. Y cuando soy una mujer directiva tengo más probabilidades de contratar a otra mujer directiva. Esto no me lo invento yo, en países como Suecia, Dinamarca o Noruega hace más de 20 años que aplicaron cuotas en todos los consejos de administración a nivel de directivos y ahora ni siquiera necesitan aplicar las cuotas porque ya forma parte del sentido común. Ya está inventada la rueda, simplemente hay que aplicar lo que ya sabemos que hay que hacer. 

-¿Qué hace falta para atraer talento femenino a las llamadas carreras STEM?

-Esto también se resuelve con las cuotas. A las mujeres también nos interesa la ciencia y la tecnología en la misma proporción que a los hombres, pero cuando tienes 17 años y tienes que escoger la carrera donde vas a pasar los próximos 5 años de tu vida, miras un poco en el ecosistema que te vas a integrar y solamente ves hombres, con un cierto sesgo, piensas que si te apuntas a otra cosa también te irá bien en la vida.

-¿Es posible tener éxito profesional sin renunciar a la vida familiar?

-En Holaluz hemos sido capaces de construir un modelo de compañía donde no tienes que elegir entre tu carrera profesional y tu vida. Para mí ha sido clave ser emprendedora y haber sido capaz de montar esta compañía alrededor de esta regla donde las personas gozamos de flexibilidad total, somos valoradas por objetivos y no tenemos que escoger si queremos tener una vida personal y una vida profesional.

-¿Cómo valora la iniciativa del eWoman?

-Súper positivamente porque cualquier acción que da visibilidad a las mujeres, que sirve de plataforma, de trampolín y de escaparate para poder enseñar a otras mujeres que es posible lo valoro con mucho agradecimiento porque pienso que algo que nos falta también en la sociedad para alcanzar la igualdad es tener referentes. Que las mujeres sepamos que es posible.

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