Eurocopa 2021

República Checa-Dinamarca, la cita de cuartos con invitados sorpresa

Los centroeuropeos y los nórdicos se juegan una plaza para las semifinales bajo el recuerdo de sus inolvidables actuaciones de los años 90.

Los daneses celebran el pase a cuartos con Braithwaite entre ellos.

Los daneses celebran el pase a cuartos con Braithwaite entre ellos. / UEFA

Raúl Paniagua

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Uno de los clásicos de toda gran competición consiste en pronosticar los contendientes que se jugarán el título en las rondas finales. Ni los más avispados habrían acertado el duelo que se celebrará este sábado en Bakú, que acogerá una cita con invitados sorpresa. La República Checa y Dinamarca se jugarán una plaza en la segunda semifinal de la Eurocopa, que tendrá lugar el próximo miércoles en Wembley con Inglaterra o Ucrania como posible rival. 

El combinado danés parte como favorito en un pulso algo incierto. Su trayectoria ascendente es su principal aval. Empezó perdiendo en su debut ante Finlandia (0-1) en un encuentro traumático marcado por el desplome de Eriksen. La tragedia planeó por Copenhague, pero aquellas lágrimas han dado paso a un gran rendimiento del bloque, dispuesto a dedicar a su compañero la mejor actuación posible.

Los goles de Schick

Una nueva derrota ante Bélgica (1-2) puso contra las cuerdas a los daneses, pero su goleada contra Rusia (1-4) permitió su clasificación como segunda de grupo y la cruzó con Gales, un rival al que arrolló sin contemplaciones (0-4) con goles de Dolberg (2), Maehle y el azulgrana Braithwaite.

Tampoco tiene desperdicio la progresión de los checos, que dieron la primera gran sorpresa del torneo al tumbar a Países Bajos (0-2) tras una primera fase discreta. El punta Patrik Schick, autor de cuatro tantos, aspira a cazar a Cristiano Ronaldo (5) como pichichi del torneo. El ariete del Leverkusen es la gran amenaza del cuadro centroeuropeo, que fundamenta sus éxitos en su enorme resistencia y combatividad, lo que contrasta con la osadía de los daneses. 

El espíritu del 92

Ambas selecciones tienen sus referentes históricos en los años 90 del siglo pasado. La respuesta de Dinamarca tras el colapso de Erisken ha recordado al equipo campeón de 1992, cuando los Schmeichel (el padre del actual meta), Brian Laudrup, Povlsen y compañía conquistaron el torneo ante Alemania tras cubrirla plaza de Yugoslavia, descalificada por el conflicto de los Balcanes. 

Nadie apostaba entonces por ellos. Estaban de vacaciones y acabaron alzando el trofeo. Cuatro años después, la fantástica República Checa de Kouba, Nedved, Poborsky o Berger estuvo a punto de emular la hazaña danesa, pero el gol de oro de Bierhoff acabó dando el título a Alemania en el estadio de Wembley.