Campo de batallitas

Panenka y otros héroes y villanos de las tandas de penaltis

Con el inicio de las rondas del KO en la Eurocopa, llegarán también las tensas series desde los 11 metros. Estas son algunas historias de la suerte del 'punto fatídico'

Belgrado, 20 de junio de 1976: Maier se vence a su izquierda y el balón tocado por Panenka cae en parábola y proclama a Checoslovaquia campeona de Europa

Belgrado, 20 de junio de 1976: Maier se vence a su izquierda y el balón tocado por Panenka cae en parábola y proclama a Checoslovaquia campeona de Europa

Eloy Carrasco

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Antonin Panenka era un hombre lanzado y su genialidad, sobradamente conocida ya, ató su apellido para siempre al penalti más intrépido de la historia. Será muy difícil ver algo superior en las tandas que están por venir, ahora que empiezan las eliminatorias de la Eurocopa-2021. La de la final de 1976, la del globito del checo ante Maier, fue la primera, y en total ha habido 18 duelos resueltos desde los 11 metros en esta competición. Hay curiosidades a mansalva.

Por ejemplo, los campeones de la especialidad son precisamente los checos, unos ases sin rival. No solo se impusieron en todas las tandas que disputaron, tres, sino que transformaron todos los penaltis tirados, 20. Y no dirían qué selección es la segunda mejor: pues España, con tres ganadas (Dinamarca-84, Italia-08 y Portugal-12) y una perdida (Inglaterra-96). Curiosamente, los grandes ‘losers’ son potencias: Inglaterra (1-3), Países Bajos (1-3) e Italia (2-3), mientras que Alemania desmiente un poco el tópico de que el triunfo lleva siempre su camiseta: dos victorias y una derrota desde el punto fatídico.

Cesc Fàbregas marca ante Buffon el penalti que supuso el pase de España a semifinales en la Eurocopa de 2008.

Cesc Fàbregas marca ante Buffon el penalti que supuso el pase de España a semifinales en la Eurocopa de 2008. / El Periódico

Panenka contó con el factor sorpresa de que nadie había sido tan insensato de jugarse un penalti así, y menos en una final y siendo el último tiro. El bigotudo de Praga pasó luego por el Mundial de España-82 y lanzó otros dos, pero lo hizo ya sin alardes, sendos convencionales chuts perfectos junto al palo contra Kuwait y Francia…

A lo largo de estos 45 años, imitadores no le han faltado, bastantes de los cuales salieron trasquilados porque el portero los vio venir. En Eurocopas, se atrevió Andrea Pirlo en los cuartos de 2012 ante Inglaterra, y se lo tragó Joe Hart: él fue hacia un lado y el balón, en mansa parábola, por el medio.

De las series de penaltis se han hecho investigaciones estadísticas que revelan que quienes empiezan tirando tienen ventaja (ganan un 60% de las veces), aunque también se han publicado perogrulladas académicas como la recomendación de “seleccionar a los cinco mejores lanzadores”, así como asignar al mejor el quinto turno, y al segundo mejor, el primer turno. Luego vienen ciertas realidades y desmienten a los del birrete, como que no es infrecuente que el quinto lanzador ni siquiera llegue a tirar.

En cuanto a elegir a los más buenos, cosa que en principio parece obvia, los anales eurocoperos van llenos de yerros de finos estilistas: falló Van Basten en 1992 ante Dinamarca, falló Beckham en 2004 ante Portugal, fallaron Modric y Rakitic en 2008 ante Turquía… Y si vamos a otras competiciones, Roberto Baggio y Leo Messi echaron a las nubes los suyos en las finales del Mundial-94 y la Copa América-16. Poco que añadir ante esos nombres.

En las tandas hace falta mucho temple, un buen golpeo y no dudar, explican quienes se han visto en semejante trance. Parece fácil. Luego, cualquiera puede cagarla. Seguro que esa es una espina que aún tiene clavada Gareth Southgate, el actual seleccionador inglés. En la semifinal de 1996, su error significó la eliminación de Inglaterra ante Alemania. Explicó años después que quien más le consoló fue su compañero Stuart Pearce, que sabía cómo se queda el cuerpo tras una pifia así porque él la había cometido seis años antes, en el Mundial de Italia, también frente a los alemanes.

Otra cosa que reveló Southgate es que, al cabo de unos meses, recibió una carta de un individuo que estaba en prisión. Le echaba la culpa de haber acabado entre rejas. Estaba viendo el partido en un pub y el penalti fallado desencadenó la clásica trilogía discusión-insultos-puñetazos de la que el tipo en cuestión salió tumefacto y esposado.

Inglés con cara de frecuentar pubs hubo uno casi infalible desde los 11 metros, pero nunca jugó una Eurocopa, ni un Mundial, apenas se puso ocho veces la camiseta de la selección y en un par de ocasiones se quedó (injustamente) fuera de las listas definitivas. Era Matthew Le Tissier, nombre fetiche para gurmets del fútbol. El vídeo de sus mejores goles está al alcance de muy pocos, y tal vez fue el más certero lanzador de penaltis conocido: 49 goles de 50 intentos.

Pocos se encaminaban con tanta seguridad hacia el punto de cal como el ídolo del Southampton. Todo lo contrario que Tigre Barrios, delantero centro del Barça de los 70 que coincidió con Arsenio Iglesias en el Hércules. Recordaba el técnico gallego la angustia del ariete tinerfeño cuando, en una tanda de una eliminatoria de Copa, veía que nadie fallaba y no se libraría de tirar uno. Lo relataba Arsenio imitando el acento del canario: “¡Mister!, ¿qué va a pasar ahora? ¡Ya solo quedamos los del 'punteraso'!”. No todos son como Panenka. Para algunos, un penalti es la pena máxima sin metáforas.

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