los preparativos del torneo

Eurocopa en una Roma adormilada

La capital italiana sigue impactada por la pandemia y apenas se ha animado con el partido inaugural de este viernes.

Sin apenas turistas extranjeros han sido los aficionados locales los que han viajado para el encuentro inaugural entre Italia y Turquía.

Selección italiana

Selección italiana / NAZIONALE ITALIANA

Irene L. Savio

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El tema está en las conversaciones. Y algunos bares del centro de la ciudad también ya lo tienen todo reservado. Pero basta solo dar una vuelta por el Coliseo, la plaza de España, o la cercana Fontana di Trevi, para comprobar que el golpe dado por la pandemia aún no ha vuelto a despertar la Roma turística y aficionada de antaño, de cara al partido inaugural de la Eurocopa entre Turquía e Italia que se celebrará el viernes en la capital italiana. 

"El sector hotelero romano está listo desde un punto de vista sanitario", se apresura a aclarar Marco Piscitello, de la asociación FederAlberghi de Roma. "Pero solo han vuelto a abrir 650 de los 1.200 hoteles que hay en la ciudad, y la previsión es que, con la Eurocopa del viernes, la ocupación hotelera no supere el 30%”, cuenta a este diario. Y añade, además, que la mayoría de los huéspedes "son italianos". "Europeos aún hay pocos". 

Pocos aficionados turcos

Incluso los turcos, tan aficionados al fútbol, no han llegado en masa. Limitados por la obligación de una cuarentena por no pertenecer al espacio Schengen (el territorio europeo de libre circulación), la mayoría renunció a viajar pues, aunque la duda permaneció hasta último momento, no ha habido salvoconducto alguno para ellos (al contrario de jugadores y personal de los equipos). De ahí que los pocos 'fans' turcos que sí se han empezado a ver en estos días en las calles romanas revelaran ser emigrados de este país en otros países europeos: Alemania, Bélgica y Francia, para citar los más representados.

La bestia negra, lo que todos temen en los despachos institucionales, son las dichosas aglomeraciones. La organización de UEFA y el Ayuntamiento de Roma dicen que se ha hecho lo posible para evitar que se produzcan. "En la plaza del Pueblo se ha creado un 'Football Village', la zona para aficionados más grande de Europa, y en los Foros Imperiales han sido colocadas varias mega-pantallas, pero la capacidad máxima prevista en cada sitio es respectivamente de 2.000 y 1.000 aficionados. Y todos deberán registrarse antes a través de una App", ha explicado Daniele Frongia, el comisario extraordinario para UEFA 2020. 

"Así, gracias a esa App, mantendremos un monitoreo constante del número de aficionados presentes en cada lugar", agregó, en un encuentro celebrado el miércoles en la Asociación de la Prensa Extranjera de Roma. Allí una periodista japonesa le subrayó que "Tokio, en vista de los Juegos, está observando de cerca la organización romana". "También en el estadio de Roma, donde se disputará el partido, podrán entrar solo 16.000 personas, en lugar de los 58.000 posibles", añadió Frongia.

Audiencia del Papa

Y, entre tanto, este jueves el Papa Francisco recibió en audiencia a Aleksander Ceferin, presidente de la UEFA, y a Gabriele Gravina, presidente de la Federación Italiana de Fútbol

El gasto para la organización ha sido importante. En concreto, según datos oficiales, el Gobierno italiano invirtió unos 10 millones de euros y otros dos extras fueron destinados por el ayuntamiento romano, por un total de 12 millones de euros. También se han previsto cortes de vías y desviaciones que se pondrán en marcha en las horas previas al inicio del partido, programado para las 9 de la noche.

Ciudad sosegada

Pero aún así Roma sigue siendo, en parte, la ciudad más sosegada y menos caótica que ha dejado la pandemia. Se ven niños que juegan a la pelota en las plazas en los barrios y vecinos sentados leyendo libros en bancos al aire libre. Gran parte de los pisos turísticos siguen vacíos, y la cantidad de tiendas de souvenirs que permanecen cerradas en el centro aún es llamativa. La esperanza para el turismo se desvía a las próximas semanas. O al menos eso dicen quienes desean que eso ocurra.

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