Portugal recibe a lo grande a sus campeones

La selección, liderada por Cristiano Ronaldo, se pasea por Lisboa luciendo su primer gran título

Una multitud aclama a la selección en la Alameda Dom Afonso Henriques de Lisboa.

Una multitud aclama a la selección en la Alameda Dom Afonso Henriques de Lisboa. / periodico

EL PERIÓDICO / BARCELONA

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Miles de portugueses han recibido este lunes a la selección en el aeropuerto y en la ciudad de Lisboa para festejar el primer título de selecciones de Portugal, después de conquistar la Eurocopa de fútbol al vencer en la final de París Francia, la anfitriona, por un 1-0, con gol de Éder, un suplente, un goleador que a lo largo de toda la temporada tan solo había marcado siete goles.

EL AVIÓN 'EUSEBIO'

Ataviados con camisetas, bufandas y banderas rojas y verdes, los aficionados se agolparon en el edificio del aeropuerto Humberto Delgado y contra las vallas exteriores para ver aterrizar al avión en el que viajaban los jugadores y el trofeo, a bordo de un vuelo llamado 'Champ16', que fue recibido con dos enormes chorros de agua, roja y verde, que formaron un arco bajo el que pasó el avión de la selección campeona. El avión, bautizado ‘Eusebio’, en honor al mítico futbolista portugués fallecido en 2014, lucía el mensaje: "Juntos volamos lejos".

LOS CAMPEONES, CONDECORADOS

Los aficionados, llegados de todos los rincones del país, recibieron a los futbolistas a grito de "¡Campeones, somos campeones!" y corearon el himno nacional, mientras por megafonía sonaba el ‘We are the champions’ de la banda británica Queen. Desde el aeropuerto, la selección se trasladó al Palacio de Belém para ser recibidos por el presidente luso, Marcelo Rebelo de Sousa, que les otorgará el título de ‘comendador’, la principal distinción civil que se puede conceder en Portugal.

Tras la recepción con el jefe del Estado, los futbolistas recorrieron los principales puntos de Lisboa a bordo de un autobús descapotable, que pasó por la céntrica plaza de Marqués de Pombal, la Avenida Liberdade y acabó en la Alameda Dom Afonso Henriques, ante una multitud que ha vitoreado a los campeones.