INVERSIÓN

Claves para hacer crecer la economía familiar

Consejos y recomendaciones para multiplicar el rendimiento del ahorro

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María Torres

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En España se ahorra poco, la tasa de ahorro de las familias cerró 2018 en mínimos históricos. Según cifras del Banco de España, el porcentaje que los particulares atesoran de su renta disponible se situó en el 4,85%, el dato más bajo desde que arrancan las series a mediados de los años sesenta. Este dato nos sitúa por debajo de la mitad de la media europea y además, según los expertos: invertimos de forma poco eficiente.

Bien es cierto que durante la última crisis las familias han intentado asegurar su situación económica aunque los resultados no están siendo los mejores: los ingresos de los hogares españoles crecen menos que sus compras. Desde el mínimo de la crisis del 2013, la renta disponible ha aumentado un 10,4%. En cambio, el consumo se ha elevado un 16,5%.

El año 2018 las rentas subieron un 3,2% frente al 4% del consumo. En consecuencia, el ahorro cae en volumen un 10% en el año y un 44% respecto a 2013, aunque esta situación resulta muy diferente según las condiciones del grupo familiar y la edad.

Así ahorran las familias españolas

Nuestro país experimentó un repunte del ahorro desde 2007 –cuando se produjo lo que los expertos denominaron como el ahorro del miedo– hasta el 2015, año desde el que no ha dejado de descender.

En esta coyuntura, la radiografía del ahorro de las familias en España es diferente de las europeas, ya que el menguante total que los consumidores ahorran y que no va a la construcción (uno de los grandes destinos) se distribuye mayoritariamente en depósitos y efectivo. El ahorrador nacional no se relaciona bien con el riesgo y trabaja en una zona de confort conservadora.

En esta coyuntura las alternativas de ahorro e inversión son complejas, pero hay opciones.

El ser humano y el ahorro

Disponer de una estrategia de ahorro específica para cada situación familiar es hoy un dato clave, pero que ha ido cambiando a lo largo de la historia.

El concepto de ahorro ya estaba asumido por pueblos muy antiguos como incas, chinos o egipcios, que solían guardar una parte del fruto de sus cosechas para hacer frente a las épocas de mayor necesidad. En la Edad Media aparece el concepto de ahorro actual y en 1462 nace la primera Organización del Ahorro, bautizada como Monte de Piedad. Fue en Italia, de la mano de monjes franciscanos que querían proteger los bienes de su comunidad.

Mucho han cambiado las cosas desde entonces, pero la necesidad de asegurar el futuro sigue en la mente de todas y cada una de las familias del país, pues es fácil comprender que cuando se tiene dinero ahorrado, muchas preocupaciones desaparecen. Esta es una de las razones por la que se ha convertido en una necesidad.

Posibilidades:

*Atendiendo a la personalización del ahorro, una de las acciones más intuitivas y básicas es destinar una cantidad de dinero a una cuenta de ahorro. Si cada mes se guarda un tanto por ciento de los ingresos en dicha cuenta, se acabará por conseguir un colchón financiero que dará seguridad a la familia.

*Otra posibilidad es tener una cuenta separada para los ahorros en la que guardar una parte de los ingresos mensuales familiares. Las ventajas que tiene una cuenta separada son muchas, pero lo más importante es, sin duda alguna, alejar la tentación de utilizar dichos fondos para el día a día. También hay que considerar su accesibilidad, y que por lo tanto podrá ser utilizada en situaciones de emergencia.

*Las cuentas personales destinadas al ahorro tienen muchas posibilidades, y pueden abrirse incluso para los más pequeños de la familia. El objetivo es que los más jóvenes de la casa puedan familiarizarse con la administración de sus ahorros. Este tipo de cuentas no tiene comisiones de administración ni de mantenimiento y busca educarlos en la necesidad de ahorrar.

Consejo de expertos

Pero para mejorar de manera significativa los resultados de las finanzas familiares hay que considerar otras fórmulas como, por ejemplo, los fondos de inversión que permitirán hacer crecer el ahorro a largo plazo.

En la actualidad, la renta variable es el activo más rentable a largo plazo, pero como esto requiere tolerancia al riesgo y paciencia, los expertos recomiendan acudir a la entidad bancaria de nuestra confianza.

Desde esta perspectiva es una óptima decisión poner el dinero en un fondo de inversión y esperar a que crezca, ya que un buen gestor vigilará las correlaciones para no quedar demasiado expuesto a un valor o sector específico. El gestor irá actualizando la cartera y así, se minimizan los riesgos de sufrir pérdidas permanentes.

No hay que olvidar tampoco que el riesgo es menor en un fondo de inversión que en bolsa, donde las subidas y bajadas suelen ser impredecibles. Por otra parte, para un ahorrador familiar es más difícil que pueda construirse por sí mismo una cartera bien diversificada, la recomendación es una vez más acudir a una entidad bancaria de confianza.

Ventajas del ahorro a largo plazo

Quien opte por los fondos de inversión tiene como ventajas destacables:

*Una inversión inicial accesible. Hasta los inversores más pequeños tienen acceso a estrategias de inversión potentes.

*El acceso a los mercados se realiza con mejores condiciones.

*Son instrumentos regulados: están comercializados por gestoras supervisadas por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

*Óptima fiscalidad, ya que los beneficios no se declaran hasta el momento de su reembolso.

*Obtención de beneficio del interés compuesto, dado que los rendimientos se acumulan en el propio fondo.

*La gestión está en manos de profesionales que buscan lo que más conviene a los partícipes. Estos profesionales abren canales de comunicación con la familia, para facilitar que éstas sigan la evolución de sus propios ahorros de una manera activa.