El planeta
de los robots

Millones de kilómetros más allá de la Tierra, existe un planeta habitado por robots. Los terrícolas lo bautizamos como Marte, en honor al dios romano de la guerra. Se trata de un mundo frío y hostil que desde hace cincuenta años es el hogar de sondas, robots y basura espacial. Tras la llegada del todoterreno estadounidense 'Perseverance' y el reciente amartizaje del robot chino 'Zhurong', la población robótica marciana asciende a ocho. ¿Su objetivo? Saber si están solos.

La historia de la exploración robótica de Marte empieza en la década de los 70, en plena carrera espacial y bajo el telón de acero de la Guerra Fría. Apenas un año después del alunizaje del Apollo 11, la Unión Soviética lanzó los primeros robots destinados a pisar el planeta rojo. A partir de ahí empieza la crónica de muchos fracasos y algún que otro éxito. Porque si algo ha quedado claro tras medio siglo de misiones a Marte es que alcanzar el planeta rojo no es para nada fácil. Sino que se lo digan al 60% de misiones que han fracasado antes de pisar el polvoriento suelo marciano. 

El aterrizaje es uno de los momentos más críticos para las misiones marcianas. Las naves tienen que frenar prácticamente en seco en cuestión de minutos. La mayoría de naves fallidas han fracasado durante su descenso.

Tras más de seis meses de viaje interplanetario y 470 millones de kilómetros de recorrido, el rover 'Perseverance' y su ayudante 'Ingenuity' ya han entrado oficialmente en el censo de habitantes marcianos. La última generación de robots exploradores aterriza en Marte para intentar responder a la pregunta que lleva milenios rondando entre las inquietudes humanas. ¿Hay vida más allá de la canica azul? ¿Estamos solos?

La Tierra y Marte tienen un origen común. Pero tras más de 4.500 millones de años de historia, un planeta alberga casi dos millones de especies vivas y el otro parece estar desierto. Investigaciones sobre el terreno sugieren que el planeta rojo podría tener los ingredientes necesarios para que en algún momento brotara la vida. Eso sí, hasta ahora no se ha hallado ningún rastro de vida extraterrestre.  

En la actualidad, Marte es un mundo muy hostil. En el ecuador del planeta, la temperatura máxima puede alcanzar los ocho grados centígrados, mientras las mínimas bajan de los ochenta bajo cero. La atmósfera del planeta se ha ido esfumando con el paso del tiempo. Y la radiación solar incide con tal fuerza que es capaz de desintegrar todo rastro de materia orgánica en superficie. Este es el gélido y polvoriento entorno en el que deambulan un puñado de robots de una tonelada de peso y de hasta dos metros de altura.

El éxito de las futuras misiones marcianas también se construye sobre hombros de gigantes. Medio siglos de investigaciones, aciertos y errores han labrado el terreno para la exploración de Marte.

Estos son los primeros robots que poblaron el planeta rojo

Cada misión ha aterrizado en un lugar estratégico para la búsqueda de vida extraterrestre. Desde la cuenca de antiguos ríos marcianos, hasta los actuales depósitos de hielo.

PrOP-M

La historia del primer robot que llegó a Marte apenas duró 20 segundos. Era el 2 de diciembre de 1971. La sonda soviética Mars 3 se había convertido en la primera en pisar con éxito el suelo marciano. En su interior, un pequeño rover llamado PrOP-M de 4,5 kilos se preparaba para recorrer la superficie marciana estirando los 15 metros de cuerda que lo unían a su nave madre. Escasos minutos tras el aterrizaje, la misión dejó de enviar señales. Nunca se supo si el primer habitante robótico de Marte llegó siquiera a pisar el suelo rojo.

Tan solo unos días antes, sobre el 27 de noviembre de 1971, la misión gemela Mars 2 también había intentado colocar el primer robot sobre el suelo marciano. En su caso, sin embargo, la misión se estrelló contra la superficie. Ni rastro del otro PrOP-M que llevaba a bordo.

Sojourner

El 4 de julio de 1997, 26 años después de las misiones soviéticas, el programa estadounidense 'Mars Pathfinder' logró colocar con éxito el primer robot sobre la superficie marciana. El todoterreno Sojourner, diseñado por la NASA, empezó su aventura en el valle de ARes, una de las zonas más rocosas del hemisferio norte. Medía 65 centímetros de largo, 48 de ancho y 30 de alto y apenas pesaba 10,5 kilogramos.

Viajó alrededor de 100 metros sin nunca alejarse de su nave nodriza. Tomó 550 fotografías de Marte, realizó el primer análisis químico marciano y bautizó las tres primeras rocas marcianas con las que se topó. Las llamó Barnacle Bill, Yogi y Scooby-Doo, en honor a los dibujos animados. 

Sojourner se mantuvo activo durante al menos tres meses. El 27 de diciembre de 1977 envió su última señal. Los responsables del proyecto intentaron restablecer la conexión durante semanas pero, finalmente, el 10 de marzo de 1988 dieron la misión por terminada.

Spirit

El 4 de enero del 2004, el programa estadounidense Mars Exploration Rover llevó un nuevo habitante robótico sobre el suelo marciano. Con 180 kilogramos de masa y 1,5 metros de altura, el todoterreno Spirit aterrizó para hacer historia. A diferencia de sus antecesores, estaba equipado para recorrer grandes distancias a una media de 1 centímetro por segundo. 

Su aventura empezó en el cráter Gusev, en el meridiano de Marte, donde en algún momento hubo un gigantesco lago. Su misión era recorrer 600 metros en 90 soles marcianos. Su camino, en cambio, se alargó durante años hasta alcanzar los 1223 soles. En total recorrió 45 kilómetros y tomó más de 225.000 fotografías. También tomó la primera fotografía en color y logró taladrar la primera piedra marciana. El 22 de marzo del 2010, Spirit envió su última señal.

Opportunity

La aventura de Spirit no fue en solitario. El 25 de enero de 2004, su gemelo Opportunity también aterrizó con éxito sobre la superficie de Marte. Su aterrizaje lo llevó la llanura Meridiani, 24 kilómetros más allá de su objetivo inicial. Se estima que la nave rebotó decenas de veces antes de rodar al interior de un pequeño cráter, desde donde empezó su camino. 

A pesar de sus accidentados inicios, Opportunity se ganó un lugar en la historia. Logró la primera panorámica de Marte, estudió los primeros meteoritos extramarcianos y encontró pistas sobre la presencia de agua líquida en el planeta rojo. El 12 de junio de 2018, una tormenta de polvo puso en jaque sus paneles solares. El rover se puso en hibernación con la esperanza de retomar su actividad. Sin embargo, nunca despertó.

Curiosity

El 6 de agosto de 2012, el rover estadounidense Curiosity se convirtió oficialmente en habitante del planeta rojo. Su lugar de aterrizaje, en la llanura del cráter Gale, fue rebautizado como 'Bradbury' en honor al autor de 'Crónicas marcianas', fallecido unas semanas antes. Se esperaba la misión rodara durante un año marciano, el equivalente a 687 días terrestres, pero hoy por hoy sigue activa y enviando señales. 

En ocho años de recorrido, el todoterreno ha recorrido más de 20 kilómetros. Ha captado 1.800 millones de píxeles marcianos. Y ha captado las primeras evidencias de moléculas orgánicas en Marte. Gracias a su brazo robótico de más de dos metros de largo, el robot también ha enviado varios selfies robóticos desde la superficie de Marte.

La aventura de estos robots ha sido titánica. Para que nos hagamos una idea, este es la ruta que hubiera recorrido 'Opportunity' si hubiera aterrizado en Catalunya.

Este 2021 la población robótica de Marte ha sumado tres habitantes más: Perseverance, Ingenuity y Zhurong. Si todo va bien, durante la primavera del 2023 también debería llegar el robot de la misión ExoMars, de la Agencia Espacial Europea (ESA). Entonces, empezará la siguiente gran aventura.

La última generación de todoterrenos ya trabaja en recolectar muestras marcianas para que, en un futuro prójimo, puedan enviarse rumbo a la Tierra a bordo de la misión europea 'Mars Sample Return'. "Esto marcará un antes y un después en la historia", explica Beatriz Sánchez-Cano, investigadora de la Universidad de Leicester. "Será la primera vez que tengamos material íntegro de otro planeta. Hasta ahora, solo habíamos podido estudiar muestras muy limitadas, como los meteoritos que atraviesan la atmósfera terrestre", argumenta la experta.

"El éxito de esta misión también demostrará, una vez más, que la cooperación es fundamental para el futuro de la exploración espacial", añade Marina Diez Michelena, investigadora del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA). El estadounidense ‘Perseverance’ recogerá parte de las muestras que, en unos años, una misión colaborativa de NASA y ESA traerá de vuelta a la Tierra. Las muestras se analizarán en varios laboratorios (equipados para "no borrar los recuerdos de las rocas") y los datos se compartirán con grupos de investigación de todo el mundo. "Estamos ante una carrera científica, tecnológica y humana sin precedentes", recalca la experta.

 "El futuro de la exploración espacial no solo será ciencia y tecnología; también implicará trasladar toda nuestra cultura al espacio", explica el científico Jesús Martínez Frías, experto en cuestiones de geoética y afiliado al Instituto de Geociencias (CSIC-UCM). En unos años, pues, ya empezaremos a hablar de medicina espacial, derecho interplanetario y hasta de periodismo extraterrestre. "Todo esto pasará a los libros de historia. En sesenta años hemos pasado del primer viaje tripulado al espacio exterior, de Yuri Gagarin, a enviar robots a Marte", reflexiona el investigador.

"Las misiones robóticas a Marte ponen el primer ladrillo para algo mucho más grande. Falta nada para que los humanos nos convirtamos en una especie multiplanetaria", esgrime el astrofísico Jorge Pla-García. Al fin y al cabo, no hay sueño más grande que creer que el cielo no es un límite.

Textos: Valentina Raffio
Infografías: Ricard Gràcia
Fotografías: NASA/JPL-Caltech

Referencias bibliográficas

Perminov, V. G. (1999). The difficult road to Mars. A brief history of mars exploration in the Soviet Union. Monographs in aerospace history. NASA Archives.

Hogan, T. (2007). Mars Wars. The rise and fall of the space exploration initiative. NASA History Series.

Este reportaje se ha publicado en EL PERIÓDICO DE CATALUNYA el 20 de febrero del 2021 y se ha actualizado el 15 de mayo.