Amenazas crecientes

La agresividad de Rusia, la retórica antieuropea de Trump y el terrorismo acechan a la UE. La Eurocámara es la institución que más trabaja para alerta de esos peligros
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  Amenazas crecientes

A la Unión Europea se le acumulan los desafíos de seguridad. ¿Degenerará la guerra de Siria en una nueva oleada de refugiados? ¿Concretará Rusia su creciente agresividad con alguna acción bélica contra los países bálticos? ¿Intenvendrá Moscú con un pirateo informático, como se le acusa de haber hecho en EEUU, en las elecciones de Holanda, Francia o Alemania? ¿Aumentará la amenaza terrorista en Europa como consecuencia del retroceso en Siria e Irak del Estado Islámico? ¿Se incrementarán las llegadas de inmigrantes en el Mediterráneo?

La lista de cuestiones de seguridad es larga y obliga a la UE a ser capaz de una vez de hablar con una sola voz y de actuar de forma solidaria, algo que hasta ahora no se ha producido. Así se lo reclama el Parlamento Europeo (PE) que, a través de su Subcomisión de Seguridad y Defensa, lleva años alertando de la necesidad de una acción coordinada. «Debemos aumentar nuestros medios para garantizar una acción coordinada, firme y efectiva en el marco de la política común de seguridad y defensa», sostiene la eurodiputada conservadora polaca Anna Fotyga, presidenta de la subcomisión, que destaca: «La subcomisión es un foro crucial de debate sobre seguridad y para controlar a los políticos que gestionan la misiones de la UE, tanto civiles como militares». 

Debates y conferencias

Ana Maria Gomes, eurodiputada portuguesa del grupo socialista en la Eurocámara, se muestra muy contundente. «Las amenazas a las que Europa se enfrenta en la actualidad son tremendas», clama y añade: «El Parlamento Europeo es la institución que más está trabajando ante estas amenazas».

Una labor que se traduce en numerosos debates, conferencias y encuentros con expertos y responsables de los que salen informes alertando especialmente al Consejo Europeo y también a la Comisión de las amenazas en ciernes. Así se hizo tras la caída del dictador libio Muamar al Gadafi, en el 2011, cuando desde el PE, la propia Gomes redactó numerosos informes exhortando a una mayor implicación de la UE en la nueva Libia para evitar justo lo que ha pasado: la caída del país en una situación de caos. «Yo misma advertí de la necesidad de colaborar en formar un sistema de seguridad libio y neutralizar a las milicias», recuerda la eurodiputada Gomes.

El terrorismo ocupa el primer lugar en la lista de amenazas de seguridad. «Pero al contrario de lo que la gente cree, no es un terrorismo que venga de fuera. Es un terrorismo perpetrado por personas nacidas aquí», explica la eurodiputada sueca del partido Verde, Bodil Valero. «Nosotros intentamos alertar de que las políticas de austeridad y los recortes sociales, que han dañado a grandes capas de la sociedad, no han hecho más que facilitar el reclutamiento a los terroristas», insiste.

La llegada de Trump a la Casa Blanca no hace más que complicar el panorama. En opinión de la eurodiputada portuguesa, la irrupción de Trump es en sí misma otra amenaza, por su retórica anti-UE, por su apoyo a movimientos de salida como el ‘brexit’ y por su sintonía con la extrema derecha europea, toda ella enemiga del proyecto común.

Legalidad violada por Moscú

«Hay una coyuntura internacional muy compleja –analiza Gomes– con cambios geoestratégicos. El más significativo resulta de la presidencia de Donald Trump y del nuevo alineamiento que quiere construir con Rusia. El EEUU de Trump, y la extrema derecha europea que le apoya, se está constituyendo como un enemigo de la Unión Europea».

La eurodiputada avisa que es «una extrema derecha que está a favor de Rusia, de esta Rusia de Putin, que es un país que ha invadido territorio de Ucrania». En su opinión, Rusia es actualmente «una amenaza para la UE y para el mundo pues con su acción en Ucrania ha violado la legalidad internacional así como varios tratados».

La eurodiputada sueca enmarca la agresividad de Rusia en un nueva amenaza de nuevo cuño, que hace unos años no estaban presentes. «Hay varias amenazas de seguridad que no teníamos antes», sostiene la eurodiputada, que se refiere explica como, desde el norte de Europa, se percibe a una Rusia cada vez más agresiva. «En el caso de Suecia, estamos viendo como la aviación rusa entra una y otra vez en nuestro espacio aéreo, así como en el de los países bálticos. Hay una política de intimidación por parte de los rusos. Nosotros los suecos no vemos una amenaza militar, sí vemos una intención de intimidarnos. Los países bálticos tienen miedo a que Rusia, con el argumento de acudir a proteger a la minoría rusohablante, hagan una actuación militar. Les da miedo que se repita el patrón de Crimea».

Una amenaza rusa muy vinculada a los ciberataques, como el que según las agencias de espionaje de EEUU, perpetró el Kremlin para intervenir en la campaña estadounidense a favor de Trump y que ahora se teme que pueda reproducirse en el curso de las campañas electorales en Holana, Alemania y Francia. «Sobre ciberseguidad hace falta también trabajar para una acción común y coordinada», reclama la eurodiputada portuguesa.

Pero ni Putin ni Trump son el único problema. «A nuestro alrededor hay conflictos bélicos, como el de Siria o el de Libia. Quizás no nos afectan militarmente pero sí son conflictos que pueden generar una oleada de refugiados e inmigrantes. Los europeos queremos que Turquía, Jordania y Líbano tengan millones mientras que nosotros los rechazamos», denuncia la eurodiputada verde Valero.

Unos conflictos ante los que, desde la Subcomisión de Seguridad y Defensa, se insta a la UE a intervenir. «En comparación con la OTAN, la UE juega con ventaja ya que tienen la posibilidad de emplear un mayor número de instrumentos», destaca la presidenta de la subcomisión, la eurodiputada polaca Fotyga, que pone de relieve otro elemento: «La capacidad de actuar a nivel global para ayudar a solucionar conflictos, para facilitar las negociaciones y el diálogo y para prestar ayuda humanitaria».

Por desgracia, los Gobiernos no parecen estar en la labor de una mayor integración y cooperación a nivel de seguridad ni de intervenir de forma conjunta en esos conflictos. Más bien al contrario. «Asistimos a una renacionalización de competencias de seguridad. Ante amenazas globales y transversales, los gobiernos europeos están optando por actuar cada uno por su cuenta y en clave más nacionalista», lamenta la eurodiputada portuguesa, que denuncia el papel del Gobierno británico estos últimos años. «Han boicoteado todo lo que han podido los proyectos para aumentar la cooperación en seguridad y defensa, como por ejemplo tener un cuartel general para la misiones en el extranjero».

Enfoques divergentes

Aunque parece existir un consenso sobre la necesidad de poner freno a la oleada migratoria, hay divergencia sobre los métodos. La Eurocámara, con mayoría conservadora, se decanta por invertir medios en seguridad. «Se impone la idea de abordar la migración desde un punto de vista de seguridad. Se quiere quitar dinero de cooperación para destinarlo a seguidad. Nosotros apostamos por trabajar las causas», señala Valero, que añade: «Yo como eurodiputada del partido verde creo que hay otras amenazas. Si hay estas guerras es por una serie de razones. Hay que actuar para prevenirlas. El cambio climático va a arruinar a muchos países y en los países pobres, sin medios para adaptarse, va a haber conflitos. Guerras como las de Darfur o Siria tienen, entre sus causas, las climáticas».