Análisis de la situación

Por pobreza se entiende la situación de vulnerabilidad económica por la que pasa un individuo o un grupo de personas, así como la carencia de lo necesario para satisfacer sus necesidades básicas. Entre estas se encuentra la alimentación, la vestimenta, la atención médica, la vivienda o la educación. Pero en los últimos tiempos la lista se ha completado con un nuevo concepto: el de pobreza energética. Esta podría definirse como la falta de ingresos suficientes para pagar la energía necesaria que se necesita para satisfacer necesidades básicas como la luz, el agua o el gas de la vivienda. Y aunque haya existido desde siempre, ha sido durante las últimas campañas invernales cuando la pobreza energética ha logrado una mayor visibilidad y repercusión pública, por su amplia cobertura en los medios de comunicación y la mayor sensibilización de la población, así como por la creciente incidencia social del problema, del que se han hecho eco diversos estudios.

Generalmente, se admite que la pobreza energética se produce como confluencia de tres factores: la renta familiar, los precios de la energía y la eficiencia energética de la vivienda. De esta manera, si una persona o familia habita en un hogar poco eficiente, necesitará un determinado nivel de renta para asegurar la satisfacción de su demanda de servicios energéticos.

Es mediante el análisis de estos tres vectores que puede comprenderse globalmente este fenómeno, trazando estrategias y políticas públicas que permitan atajar el problema y sus efectos derivados.

La pobreza energética es una problemática compleja que necesita soluciones estructurales. Las medidas que permitan paliarla deben tomarse desde diferentes vías, con actuaciones a corto y medio-largo plazo, desde una estrategia clara y ordenada. Para facilitar el proceso, es necesaria una coordinación institucional entre la Administración, las empresas, y la sociedad.

Iniciativas relevantes a nivel europeo

Fundación Gas Natural Fenosa

Más allá de su vertiente operativa, el plan de Vulnerabilidad de la compañía incluye toda una serie de medidas sociales vehiculadas a través de la Fundación Gas Natural Fenosa. Entre ellas destaca la convocatoria de ayudas destinadas a entidades del tercer sector, para promover el desarrollo de proyectos contra la pobreza energética.

Recientemente firmó un convenio de colaboración con Cruz Roja Española y Cáritas para ayudar a los colectivos afectados por la vulnerabilidad energética en España. En virtud del convenio, la Fundación y estas entidades asesorarán a los colectivos afectados por la pobreza energética e impulsarán la mejora de la eficiencia energética de hogares vulnerables, entre otras medidas.

Asimismo, ha puesto en marcha una Escuela de Energía con el objetivo de formar sobre eficiencia energética a los trabajadores de las entidades sociales y el personal de los servicios sociales municipales. En tercer lugar, la fundación desarrolla un estudio sobre rehabilitación y medidas de eficiencia que, aplicadas a la vivienda, pueden contribuir decisivamente a la reducción del consumo energético.

Por último, cabe destacar la puesta en marcha de un equipo de voluntarios que dedican parte de su tiempo a la atención de personas en situación de vulnerabilidad. “Esta iniciativa ha empezado con un proyecto piloto en el que han participado diez voluntarios. El resultado ha sido tan satisfactorio que, en las próximas semanas, se espera poder extenderlo a todo el territorio nacional”, explica Martí Solà, director general de la Fundación Gas Natural Fenosa. “Cualquier empleado de Gas Natural Fenosa puede ser voluntario. Solo hace falta que asistan previamente a la Escuela de Energía Social, donde adquirirán conocimientos específicos de facturación, eficiencia energética o vulnerabilidad. Esto, más un manual, les servirán para resolver las preocupaciones, dudas y consultas de los clientes vulnerables”, concluye Solà.

“A las entidades acuden personas vulnerables con diferentes realidades. Pero los trabajadores sociales no pueden ser especialistas en todos los campos. Por eso necesitan tener socios a los que consultar sus dudas”, explica Ramón Rubio, voluntario de la Fundación Gas Natural Fenosa. Es en ese punto que su actividad filantrópica cobra sentido.

“Los voluntarios energéticos acudimos a las entidades sociales y nos reunimos con los trabajadores sociales para conocer de primera mano el caso de familias vulnerables”, prosigue Carmen Mateos, otra de las voluntarias. “La gente acude a estas entidades con facturas que no pueden pagar pero no saben qué hacer. Nosotros nos llevamos esas facturas y las tramitamos con el equipo de Gas Natural Fenosa destinado a atender y hacer un seguimiento de los clientes más vulnerables. Y regresamos a las entidades con las mejores soluciones para cada caso. Podría decirse que somos un enlace entre los clientes vulnerables de las entidades sociales y el personal de nuestra empresa que puede ayudarles”, argumenta Mateos.

Además, estos voluntarios también entregan a las personas en situación de vulnerabilidad “un kit de eficiencia energética con determinados instrumentos, como por ejemplo bombillas de bajo consumo, para que puedan reducir su consumo energético”, concluye Laura Pérez, del equipo de voluntarios.