Los gastos fijos en la 'nueva normalidad', ¿cómo reducirlos y lograr ahorrar más?

En un contexto de incertidumbre como el actual, es más necesario que nunca disponer de una hucha para posibles imprevistos. Una buena forma de incrementar los ahorros consiste en replantear los gastos


La crisis del coronavirus ha modificado la economía de muchos hogares españoles. El confinamiento impuesto en el país para evitar la expansión de la pandemia provocó que el consumo disminuyera. Esto, unido a la incertidumbre que continúa acechando y a la difícil situación laboral que viven muchos empleados y profesionales, ha derivado en un incremento de la capacidad de ahorro de las familias españolas debido a que el gasto se sigue contrayendo como medida preventiva.


Ante esta situación y en un contexto marcado por los cambios, es necesario hacer una valoración de los gastos, tanto de los fijos como de los variables, en función de las nuevas necesidades. Recoger estos gastos en un presupuesto para poder analizarlos y cuantificarlos es el primer paso.

Cómo replantear los gastos fijos de la vivienda

Los gastos fijos son los más complicados de reducir, ya que son obligatorios y necesarios, y por tanto prioritarios. El que más peso tiene para la mayoría de las personas suele ser el de la vivienda, ya sea el pago de la hipoteca o el del alquiler.

Respecto a las hipotecas, se debe tener en cuenta el euríbor, es decir, el índice que sirve de referencia para casi el 90% de las hipotecas españolas a tipo variable. Este indicador debido a la crisis de la COVID-19 ha caído a mínimos lo que implica que si el euríbor baja, la cuota de la hipoteca a tipo variable también desciende, y viceversa. Por lo tanto, si se está planteando amortizar el pago de la hipoteca, merece la pena estudiar a fondo los pros y contras.


Por su parte, el precio de la vivienda en alquiler ha experimentado en el segundo trimestre del año un descenso del 0,2% respecto al anterior, según los datos del portal inmobiliario Fotocasa. Esta bajada puede mantenerse e incluso reducirse, sobre todo en las principales ciudades ya que la demanda de viviendas en las urbes ha descendido a causa del confinamiento. Muchos inquilinos están optando por vivir a las afueras, en casas con mayor terreno por el miedo a que se vuelva a imponer un segundo confinamiento. Esto favorece la opción de negociar con el propietario de la vivienda el precio del alquiler.



Si se tiene una segunda residencia, algo con lo que cuentan más de 3,5 millones de familias en España, según los últimos datos del Censo de Viviendas, elaborado por el Instituto Nacional de Estadística (INE), se puede estudiar la mejor manera de rentabilizarla alquilándola, tanto a largo plazo como a corto a través del alquiler turístico. Otra opción por la que han apostado muchos, sobre todo después de la consolidación del teletrabajo como modalidad laboral, es la de vivir en esta segunda residencia y alquilar la hasta entonces considerada como vivienda principal.

Cómo disminuir el gasto en suministros

En este apartado de gastos fijos también se deben tener en cuenta los gastos de luz y agua. Los empleados que se encuentren teletrabajando pueden ver en las facturas cómo se ha incrementado el coste puesto que pasan más horas en la vivienda. Pese a que el precio del agua varía según las diferentes ciudades españolas, una buena forma de ahorrar en este recibo puede ser: reparando los grifos que gotean, cerrándolos cuando no se utilizan y no prolongar las duchas innecesariamente. También es recomendable instalar aparatos que limiten el volumen de agua, poner la lavadora y el lavavajillas cuando estén llenos y regar por la mañana o por la noche para evitar la evaporación.



En cambio, el principal consejo para ahorrar en la factura de la luz radica en ajustar la potencia contratada ya que representa buena parte de lo que se paga en la factura. Además, es importante disponer de una tarifa que discrimine por horario y tratar de utilizar los electrodomésticos en las franjas más económicas.

La renegociación de estos suministros con las compañías también juega un papel clave, sobre todo con la luz. Otros gastos como el de telefonía también pueden disminuir su importe si se estudia el uso que se hace de elementos como el móvil y se contrata únicamente aquello que satisfaga las necesidades.


Cómo disminuir el gasto en alimentación

Durante el estado de alarma, la industria de la alimentación y bebidas ha sido el sector que más cuota de mercado ha mantenido durante el confinamiento, según los datos de Pulso, la herramienta de Banco Sabadell que, a partir de las interacciones con Terminales de Punto de Venta (TPV) del banco, permite analizar en tiempo real la evolución económica. Según la consultora Kantar, el gasto en la cesta de la compra se incrementó al inicio de la pandemia en un 25% por el miedo a no saber qué iba a suceder y, pese a que este porcentaje se ha normalizado, este gasto sigue siendo el principal de los bolsillos de las familias españolas.

Una opción para reducir este gasto fijo puede ser realizar la compra a través de Internet. Con el confinamiento, la sociedad española aceleró su transformación digital y se familiarizó con las compras digitales, incluso de productos frescos, tal y como afirma Josep Ametller, director General de Grupo Ametller, en El Podcast de Banco Sabadell. Apostar por la compra online facilita comparar las ofertas de manera más sencilla y visual.



En cuanto al consumo fuera de casa, la herramienta de análisis Pulso refleja una tímida recuperación del sector, que pasa a ocupar el segundo puesto del ranking de sectores de Pulso en el mes de agosto, solo por detrás del de alimentación (en julio se situó en el tercer puesto y, en junio, en el cuarto). Con estas cifras merece recordar que comer fuera de casa puede suponer un elevado gasto mensual para las finanzas personales: según un estudio de Fintonic realizado antes de la pandemia, los españoles gastaban de media al día más de 5 € (más de 1.859 euros al año) en bares y restaurantes.

¿Es necesario tener un coche si se está teletrabajando?

Disponer de un vehículo en propiedad puede suponer un elevado gasto para el propietario. El coste de tenerlo implica: la revisión y el mantenimiento, el gasto en gasolina, disponer de un seguro… En concreto, cada familia española destina, de media, unos 3.700 euros al año a su vehículo, un 12,7% del presupuesto de su economía familiar, cifra que solo supera el gasto en vivienda y en alimentación. Así lo apunta la Encuesta de Presupuestos Familiares del Instituto Nacional de Estadística (INE), que especifica que un 4,3% se destina a carburante y un 2% a las reparaciones del vehículo.



En estos momentos en los que el teletrabajo se ha implantado en la vida de muchos empleados, ¿merece la pena tener un coche en propiedad? Además, en las grandes ciudades los motores de combustión están dando paso a nuevas alternativas más ecológicas y económicas, especialmente en algunos sitios donde la contaminación está obligando a restringir el uso de ciertos vehículos. Hay diferentes formas de moverse más allá del transporte público, que no siempre proporciona la autonomía deseada, como el car y el moto sharing, las bicicletas y los patinetes eléctricos y, sobre todo, el renting de vehículos, alternativa que cada vez cobra más popularidad.


Si después de valorar las distintas opciones, se sigue apostando por el vehículo en propiedad, recurrir a comparadores para encontrar el seguro, el taller o la gasolinera más rentable y hacer una conducción responsable que reduzca el consumo pueden ayudar a minimizar el presupuesto que hay que destinar al coche.

El ahorro en tiempo

Quizás no sea medible de forma crematística pero lo cierto es que, como ya dijo Benjamin Franklin: “Time is money”. O, como dicta el refrán español: “El tiempo es oro”. El teletrabajo puede implicar muchas ventajas, como disminuir el tiempo dedicado al transporte u optimizar la conciliación.

Según un estudio de Sodexo, el 68% de los trabajadores españoles afirma ser igual o más productivo trabajando en remoto. Además, sobre las empresas que han podido implementar el teletrabajo, casi el 50% de ellas apuntan su intención de seguir facilitándolo a la vuelta a la oficina. El 42,1% lo hará según las necesidades de la empresa y el 17,4%, siempre que el trabajador lo solicite, asegura un informe de Adecco.