Un futuro
de impresión

En el contexto de la economía 4.0 el trabajo deja de ser, en cierta medida, tal y como lo conocíamos hasta ahora. La que muchos consideran la cuarta revolución industrial viene marcada por la tecnología digital, que sirve para automatizar los sistemas productivos y comerciales. El futuro más inmediato se prevé apasionante. O, en este caso (y según un juego de palabras), impresionante.

El carácter transversal de las disrupciones tecnológicas de la economía 4.0 (y muy especialmente la impresión 3D) ha disparado expectativas y está enfebreciendo a todos los sectores: Gracias a los donativos que recibe, el joven madrileño Guillermo Martínez fabrica prótesis que regala a personas amputadas en países pobres. En el Instituto de Medicina Regenerativa de la Universidad Wake Forest (Winston-Salem, Carolina del Norte) trabajan para que muy pronto las impresoras sean capaces de crear tejido vivo, utilizando células humanas a modo de tinta y dando lugar a tejidos y órganos. Desde el año pasado, la empresa valenciana Be More 3D ya está lista para construir viviendas con una gran impresora 3D que sustituye la tinta por hormigón. Y el restaurante Caravista, en Lleida, celebró el pasado 30 de enero una experiencia gastronómica en la que los comensales disfrutaron de una cena impresa en 3D.

Estos son solo cuatro ejemplos de los muchos usos que esta tecnología promete, y que le auguran un fulgurante futuro. “Tendrá una incidencia transversal tanto en la producción como en el comercio”, advierten desde el CZFB. Esta entidad lidera el proyecto de creación de una incubadora 3D cuya relevancia internacional viene atestiguada por los fondos europeos Feder que ha recabado el proyecto, y forma parte de la red de incubadoras de alta tecnología desplegada por la UE (en España se desarrolla con el apoyo de la Fundación Incyde).

Si en Corea se diseñan unas gafas, ya no es necesario que se fabriquen allí, para luego importarlas

“En base a un programa informático que describe un producto en tres dimensiones, la impresión 3D nos permite reproducirlo donde queramos. Por lo tanto, si en Corea se diseñan unas gafas, ya no es necesario que se fabriquen allí, para luego importarlas (con todo el despliegue logístico que ello supone), sino que basta con recibir su descripción digital por internet e imprimirlas directamente aquí”, explica la misma fuente.

Los beneficios

Intentando sintetizar los efectos de la fabricación aditiva sobre los modelos de negocio, la mayoría de autores hacen referencia a diversos beneficios. En primer lugar una aceleración de los ciclos de desarrollo de producto (prototipado rápido, por ejemplo).

Seguidamente, una aproximación de la manufactura al consumidor, que hará menores los requerimientos de transporte de productos acabados, cosa que alterará los flujos de comercio internacional y hará casi desaparecer los costes logísticos.

Por otra parte, la combinación de personalización masiva de los productos con nuevas posibilidades de diseño cambiarán las reglas de muchos negocios. Paralelamente, la reducción de costes que representa la impresión 3D reduce las barreras de entrada a nuevos competidores para pequeños volúmenes y nichos.

  • Lámpara 3D

    Lámpara 3D.

  • Interiorismo 3D

    Interiorismo 3D.

  • Vivienda 3D

    Vivienda 3D.

  • xkelet

    xkelet.

  • Caramelos 3D

    Caramelos 3D.

  • Mano ortopédica 3D

    Mano ortopédica 3D.

La fabricación aditiva también permite trabajar bajo pedido (sin estocs), dando mayor peso a la personalización y concentrando todo el valor en el diseño (cada vez más racional), haciendo desaparecer costes marginales y economías de escala.

No menos importantes es la aportación de esta tecnología a la sostenibilidad medioambiental: el aprovechamiento total de los materiales utilizados puedes espolear la formación de una economía circular. Además, al tratarse de fabricar solo aquello que se necesita (y no grandes series de producción), el proceso se puede ceñir a los recursos estrictamente necesarios.

Por último, la impresión 3D puede hacer más accesible el desarrollo de los países pobres. A modo de ejemplo: un fab lab de Togo ha desarrollado una impresora 3D a partir de residuos electrónicos, que reutiliza piezas de vertederos tecnológicos y contribuye a su limpieza. Todo esto hace que se hayan generado expectativas muy altas en torno al futuro de la fabricación aditiva, llegando a afirmarse que incluso traerá un nuevo orden mundial.

El trampolín

Con la idea de facilitar a las pymes un salto cualitativo hacia la economía 4.0, el Consorci de la Zona Franca inició hace unos meses la búsqueda de un socio tecnológico especializado en impresión 3D. Así es como entró en contacto con la tarrasense Fundació Leitat, quien se convertirá en partner estratégico de la flamante 3D Factory Incubator, la nueva incubadora de empresas que está a punto de inaugurarse en la sede principal del CZF.

Con 12 años de experiencia en el sector, la fundación se encargará de tutelar y compartir todo su know how en el campo de la fabricación aditiva con las pequeñas y medianas empresas que se instalarán en dicho espacio. “Se trata principalmente de 'start ups' seleccionadas en función de la viabilidad y el interés de sus respectivos proyectos”, argumentan desde el Consorci. Durante el primer año, 25 compañías trabajarán directa o indirectamente en esta incubadora (algunas lo harán de forma no presencial) y se prevé que, en cuestión de cinco años, un centenar de pymes hayan pasado por estas instalaciones.

Aceleración del negocio

3D Factory Incubator está ubicada en una planta de 600 metros cuadrados y consta de secretaría, zona de impresión, pequeño auditorio, salas de reuniones, espacios de coworking y una serie de despachos diáfanos donde se ubicarán las distintas empresas.

Imagen virtual de las oficinas de 3D Factory Incubator.

“En esta incubadora, las start ups podrán beneficiarse de una serie de servicios que contribuirán a la aceleración de sus respectivos negocios”, explica Pablo Valderrama, de Fundación Leitat. “Además de disponer de un lugar de trabajo, tendrán actividades de formación, espacios para el 'networking' y otros foros donde dar a conocer su actividad. Asimismo, tendrán acceso a servicios de innovación o consultoría de negocio (para el desarrollo del business plan, la negociación de contratos, la protección de la propiedad intelectual, etcétera); servicios de certificación, validación y 'testing' (para los sectores en los que se requieran certificaciones específicas, como el de salud, movilidad o aerospacial); y servicios de comercialización e internacionalización (participación en ferias, jornadas técnicas, etcétera)”, analiza Valderrama.

Este es un proyecto financiado en un 50% por la Unión Europea, a través del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Feder)

Pero el que, sin duda, es uno de los servicios añadidos de mayor interés para las 'start ups' que han confirmado su presencia en este laboratorio, es la posibilidad de tener acceso directo (con acompañamiento técnico) a las impresoras 3D que habrá in situ (en estos momentos se está finalizando su instalación), y que se podrán utilizar para la producción de sus productos. “Una ventaja competitiva a la que estas empresas tendrían difícil acceso, de no ser por esta incubadora”, reconoce Valderrama.

Imagen virtual de las oficinas de 3D Factory Incubator.

“Se trata de siete máquinas –cuatro industriales y otras tres de menor tamaño– que funcionan con seis tecnologías distintas y trabajan con plástico y resinas”, dice Valderrama. “Además, habrá equipos de postproceso (de pulido, de chorreado con fibra de vidrio, una teñidora o una vibradora), equipos de control de calidad y software de diseño específico para 3D”, concluye el técnico. Todo ello con la ventaja de tratarse de un proyecto financiado en un 50% por la Unión Europea, a través del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Feder).

Imagen virtual de las oficinas de 3D Factory Incubator.

Segunda fase

3D Factory Incubation es el preludio de otra iniciativa de mayor envergadura que, paralelamente, el CZF desarrolla en la actualidad. Se trata de DFactory 4.0 Barcelona, un 'hub' productivo que podrá contar con unos 100.000 metros cuadrados totales de superficie y que la próxima primavera iniciará las obras de su primera fase con la construcción de una nave de tecnología avanzada de 17.000 metros cuadrados. Se construirá en una parte de los antiguos terrenos de la Seat, en el Polígono de la Zona Franca.

Imagen exterior del CZFB.

Dará cobijo a empresas vinculadas a la economía 4.0, comenzando por sectores como la impresión 3D y continuando por otros, como la robótica o la movilidad sostenible, sectores todos ellos de una importancia clave para el desarrollo industrial y tecnológico de la Zona Franca. La entidad espera que esta disrupción tecnológica se expanda como mancha de aceite entre las empresas manufactureras y productivas de su área de influencia.

Ubicación de la incubadora 3D en la sede del CZFB (parada de metro Foc de la línea 9 Sur).

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En este proyecto de ZETAFACTORY han colaborado TEXTO: Alberto González DISEÑO: Bernardo Proietti y Estela Piñeiro