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14 diciembre 2021

La relación entre Clece y las entidades sociales, una complicidad que genera nuevas oportunidades laborales

La compañía mantiene un contacto estrecho, histórico y profesionalizado con las entidades de iniciativa social de Catalunya para incorporar a su plantilla a personas procedentes de colectivos vulnerables, potenciar la formación continua de sus equipos, realizar la mejor selección y ofrecer prácticas no laborales a personas en formación.

Texto: Xavi Datzira

Las empresas no pueden ser elementos aislados de la sociedad, y eso es algo que Clece siempre ha tenido claro. Por eso, desde hace más de 15 años colabora de manera estrecha con las entidades sociales de Catalunya, para lograr un múltiple beneficio: facilitar a su plantilla una adecuada formación, ofrecer uno de los mejores entornos profesionales para concluir un proceso formativo y favorecer la inserción laboral de los colectivos más vulnerables, brindando a personas en una situación complicada una nueva perspectiva de vida. Prueba del éxito de esta complicidad es que la compañía colabora actualmente con 166 entidades públicas y privadas y ha firmado 90 convenios de colaboración, tanto para la inclusión laboral de personas en situación de vulnerabilidad, como para la formación continua, la selección y la realización de prácticas no laborales.

Un pilar clave para que funcione esta interacción es el trabajo del departamento de Recursos Humanos de Clece en Catalunya, que junto al tejido operativo, gestiona alrededor de 11.000 trabajadores. Y lo hace siempre con la mirada puesta tanto en los requerimientos legales y laborales de las diversas áreas de la compañía, como en las necesidades de una sociedad en constante transformación. “Tenemos una plantilla muy diversa, tanto como lo es la propia sociedad, así que debemos estar en constante actualización para adaptarnos a las demandas del entorno, a los cambios legislativos y a las realidades de los colectivos más vulnerables, y así orientar y adecuar nuestras políticas, en materia de formación y ocupación”, resume Rosa Llamas, directora de RRHH de Clece en Catalunya y Baleares.

Selección con valor añadido

Para dar cobertura a las necesidades que generan sus actividades (principalmente, servicios de limpieza y de atención a personas), Clece cuenta con sistemas y plataformas de selección, un equipo de inserción y una unidad de Soporte, que lleva a cabo un acompañamiento sociolaboral personalizado dentro de la organización, para alcanzar el objetivo que persiguen todas las partes: que la inserción sea real, duradera y de calidad. Asimismo, Clece ha optado por ofrecer un valor añadido a sus procesos mediante la colaboración con entidades de iniciativa social especializadas que disponen de itinerarios de inserción para personas en una situación de vulnerabilidad social y/o diversidad funcional, y que además ofrecen un seguimiento profesionalizado de cada persona derivada. “Las entidades tienen la historia, el saber hacer y el conocimiento de la realidad de la sociedad. Si no vamos de su mano, perderemos parte de la calidad laboral que se le puede ofrecer a una persona en búsqueda de empleo”, afirma Rosa.

Reunión de parte del equipo de recursos humanos de Clece en Catalunya.

“Nuestra responsabilidad social se basa en nuestras acciones diarias e históricas, no hemos diseñado ningún modelo corporativo por requerimiento, sino porque realmente creemos en el retorno social de las empresas y por encima de todo, porque somos una compañía comprometida con las personas. De hecho, vamos mucho más allá de las cuotas de contratación que marca la legislación en materia de inserción, pese a que no siempre es visible este esfuerzo y valor añadido por todos los grupos de interés, sí en cambio por las entidades con las que tenemos relación, que son, además de por las personas, por quiénes nos compensa seguir apostando por ser una empresa inclusiva”, asegura Rosa Llamas.

Formación orientada a las necesidades

La formación continua a través de entidades especializadas permite no solo fortalecer los conocimientos de la plantilla y favorecer su desarrollo profesional, sino también abrir la puerta a nuevos trabajadores con conocimientos técnicos específicos. Una de las entidades con las que colabora Clece es Aürt, un centro de formación ocupacional especializado, entre otras actividades, en el ámbito de la seguridad privada, la limpieza de edificios y los servicios de dependencia. “Por un lado hacemos sesiones de reciclaje y actualización de conceptos, pero también formaciones destinadas a la reincorporación de personas en desempleo, en algunos casos de larga duración y en situación de especial dificultad”, comenta Mireia Martín, responsable de formación de la entidad. “El objetivo es doble: que los participantes seleccionados adquieran a través de la formación técnica la acreditación profesional necesaria para acceder a una vacante y una profesión, y a la vez, trabajar toda una serie de hábitos y competencias transversales que son necesarias para su adecuada incorporación.

En este sentido, una buena selección previa de los candidatos –basada tanto en sus conocimientos como en la actitud y la motivación– resulta fundamental para que el proceso formativo sea un éxito.

Otra entidad que tiene una estrecha vinculación con Clece es Insercoop, cuya labor consiste en “orientar, acompañar y apoyar a personas en una situación de vulnerabilidad para que encuentren trabajo y puedan construir un proyecto de vida”, tal y como explican Xavier Guiu y María José Estévez, director y responsable de intermediación con las empresas, respectivamente.

Alumnos de Insercoop con el diploma que acredita haber superado la formación.

“Nuestra labor es conectar las necesidades que les surjan a las empresas con las posibilidades reales de inserción laboral de personas que tienen pocas oportunidades y que, en muchos casos, se veían expulsadas del mercado laboral. Para ello, somos capaces de preparar itinerarios y formaciones que permitan a las personas incorporarse lo mejor y más rápido posible a un puesto de trabajo”, señalan, a la vez que valoran la “confianza” construida con Clece durante todos estos años y el buen funcionamiento de con su equipo en los procesos de acompañamiento e inserción. “Es fundamental el buen entendimiento entre las empresas y las entidades, trazar objetivos comunes, y con Clece ha sido siempre así”. Por otro lado “Se ha demostrado que, cuando a las personas les das una oportunidad, responden”, aseguran.

El talento de una plantilla diversa

El papel de las entidades consiste en actuar como pasarela para conectar a una empresa como Clece, que precisa de personas trabajadoras continuamente, y aquellos colectivos que suelen encontrarse barreras demasiado altas para acceder a un puesto de trabajo. En el caso de la Fundación Ecom, acompañan a las personas con discapacidad física u orgánica a lo largo de todo el proceso de acceder a un puesto de trabajo. “Hace muchos años que tenemos relación con Clece. Ellos nos solicitan ayuda para la inserción cuando tienen alguna vacante disponible y nosotros hacemos una preselección entre nuestros usuarios que creemos que mejor pueden encajar con las características del puesto”, detalla Víctor Sastre, técnico de Atención a Empresas e Inserción Laboral de la fundación.

Una relación “muy fluida y abierta a nuevas propuestas” que supone para la entidad una ventana abierta a la inserción laboral. “Clece tiene una gran sensibilidad con todo tipo de colectivos y un gran compromiso con la inclusión. Para nosotros es muy importante porque, como siempre decimos, picamos mucha piedra y de vez en cuando encontramos algún diamante”, añade Sastre. El diamante, obviamente, es la satisfacción de ver cómo uno de sus usuarios acaba encontrando un puesto de trabajo que le abre las puertas a un nuevo futuro.

Aprender trabajando

Otra fórmula que es muy útil para Clece y sus filiales y que incrementa las posibilidades de inserción, son las prácticas no laborales, que permiten a personas en proceso de aprendizaje completar su itinerario de formación, experimentando la profesión desde dentro de la empresa.

La Fundació Adsis, cuya tarea, desde hace ya 25 años, consiste en acompañar a jóvenes y personas de colectivos vulnerables para que puedan acceder al mercado laboral, mantiene una relación estrecha con Clece para que las personas que realizan sus formaciones en el ámbito de la limpieza completen su itinerario con la práctica. Y hay pruebas de que este sistema funciona. “En el penúltimo curso, el índice de inserción laboral fue del 90%, ya que de 10 personas que hicieron las prácticas en Clece y filiales acabaron contratando a 9. Este año, se han insertado 2 de las 6 personas que realizaron las prácticas, si bien el índice puede aumentar porque el curso finalizó a finales de julio”, revela Mireia Acosta, técnica de Orientación e Inserción Laboral de Adsis.

Sesión formativa de prácticas no laborales en Clece.

Con estos resultados, la valoración que hacen desde la fundación de la relación con Clece es muy positiva. “Valoramos mucho la buena coordinación e implicación con las personas que llevan a cabo las prácticas, la profesionalidad de los equipos y la sensibilidad que tienen a la hora de gestionar la diversidad, trabajando y acogiendo en prácticas a personas de colectivos vulnerables y con especiales dificultades de inserción”, señala Acosta. Una opinión que, de hecho, se puede trasladar a cualquiera de las entidades sociales que colaboran de manera estrecha con Clece. Y, de la misma forma, desde la compañía también consideran fundamental esta relación con las asociaciones de su entorno. Un éxito compartido en el que todos ganan, comenzando por la propia sociedad.