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26 octubre 2021

El gestor energético, la figura clave para que los edificios consuman menos

Clece ha potenciado su área de Servicios Energéticos para ayudar a sus clientes a implementar medidas de eficiencia en sus oficinas e industrias que permitan ahorrar tanto a nivel económico como medioambiental, como ha sido el caso del Hospital FREMAP de Barcelona

Texto: Eduard Palomares

La subida histórica de los precios de la electricidad –a los que seguramente seguirá el gas este invierno– se suma a la urgente necesidad de reducir las emisiones contaminantes para mitigar el cambio climático. Así que ya no quedan dudas sobre el camino a seguir: las empresas e instituciones deben empezar a considerar la sostenibilidad y la eficiencia como parámetros clave de su gestión de oficinas e industrias, más allá del mantenimiento habitual. De hecho, una buena gestión energética de las instalaciones puede generar ahorros económicos significativos desde el primer momento y sin grandes inversiones.

Esto es lo que ha sucedido en el Hospital FREMAP de Barcelona, que incorporó por primera vez en el concurso en el que licitaba las tareas de mantenimiento de sus instalaciones un epígrafe dedicado a la eficiencia. El área de Mantenimiento y Servicios Energéticos de Clece fue quien presentó el proyecto ganador y los resultados en un año hablan por sí solos. “Establecimos unos objetivos mensuales de eficiencia a alcanzar y todos ellos se han cumplido durante todo un año, así que prorrogaremos el contrato hasta el 2024”, explica Mariola Gil, jefa de mantenimiento del centro sanitario. En concreto, se ha logrado un ahorro de entre el 30% y el 25% en consumo de gas y del 20% en electricidad.

Incorporación de la tecnología LED a la iluminación del Hospital FREMAP.

Tal y como explica Gil, la clave para conseguirlo ha sido la figura del gestor energético, encargado de manejar los recursos disponibles de la mejor forma posible. Dicho de otro modo, de pensar en cada momento cómo se pueden lograr ahorros desde el punto de vista económico y medioambiental. “No se necesitan grandes cambios, sino que se pueden llevar a cabo diferentes acciones que no requieren de inversión y que logran buenos resultados, después de estudiar parámetros como los horarios de funcionamiento o las necesidades concretas de cada espacio o servicio”, detalla Mariola Gil. Por ejemplo, no hace falta que una consulta esté climatizada cuando no se utiliza, como tampoco pasa nada si se reduce un grado el aire acondicionado en verano. “El requisito era no reducir las condiciones sanitarias o de confort, y se ha demostrado que había margen”, remarca.

Puntos principales de análisis

Jordi Gómez ha sido el gestor energético de Clece encargado de implementar las medidas de eficiencia energética en el Hospital FREMAP, que siempre empiezan con una auditoría para poder detectar tanto los sobreconsumos como las posibilidades de mejora. “Los puntos primordiales suelen ser los equipos de climatización, el alumbrado o el aislamiento. Gracias a un estudio previo puedes detectar incidencias y posibles mejoras”, comenta. De hecho, una de las primeras medidas a implementar puede ser la instalación de sistemas de monitorización para controlar a tiempo real los consumos de un edificio, que repercuten también en su huella ambiental, un concepto que cada vez tendrá más importancia.

Tal y como sucedió en el Hospital FREMAP, existen toda una serie de acciones que no requieren de inversión, sino simplemente de un profesional como el gestor energético que realice un control y un ajuste. “A nivel de climatización puedes conseguir ahorros tanto con la revisión de los horarios en los que funcionan las máquinas de climatización, como en las consignas de temperatura. Aquí puedes incidir de manera fácil y con ahorros inmediatos”, asegura Gómez. Obviamente, este es solo un primer paso y luego sí que hay toda una serie de mejoras que sí requieren de una inversión económica, pero que en muchos casos proporcionan “un retorno a corto o medio plazo”.

Jordi Gómez, gestor energético de Clece.

Por ejemplo, la substitución de la iluminación por tecnología LED implica un gasto inicial, pero desde la primera factura ya se consigue un ahorro respecto a la anterior. También se contempla la substitución de las antiguas máquinas de refrigeración o calefacción por equipos más avanzados y mejores rendimientos. La instalación de sistemas digitales de control o incluso de sensores crepusculares o de presencia también repercute en una mejor gestión energética, ya que se puede personalizar al máximo el funcionamiento de cada estancia del edificio.

Un nuevo enfoque

En todo caso, la búsqueda de la eficiencia energética comienza por “un cambio de mentalidad”, tal y como apunta Carla Rigat, gerente de Mantenimiento y Servicios Energéticos de Clece. “Hace mucho que suena el concepto de eficiencia, pero no ha sido hasta la última década que las administraciones públicas han comenzado a incorporarlo a los concursos, especialmente aquellas más sensibilizadas con la emergencia climática. Sea como sea, ya no hay vuelta atrás”, explica. Clece ha potenciado su área de servicios energéticos no solo para adaptarse a las necesidades de sus clientes públicos, sino también de las empresas, industrias y entidades privadas. “Hay instalaciones en las que no se ha invertido durante mucho tiempo y en los que hay mucho trabajo por hacer”.

Carla Rigat, gerente de Mantenimiento y Servicios Energéticos de Clece.

En este sentido, uno de los grandes retos actuales de Clece pasa por romper ciertas resistencias iniciales y “mostrar a las empresas el potencial de ahorro que tienen sus edificios”. Algo que consiguen mediante tres pasos claros: auditar el comportamiento energético, monitorizar el consumo real y aplicar medidas de optimización que lleven a consumir menos electricidad. “En la mayoría de casos se trata de una cuestión de enfoque: muchos empresarios nunca se han parado a pensar en el consumo energético de sus edificios, industrias y procesos productivos o les frena la inversión económica necesaria, cuando hay muchas posibilidades de ahorro económico y medioambiental”, añade Rigat.

El ejemplo más claro sería la substitución de una iluminación convencional por otra de leds. “Muchos clientes al principio no lo ven claro, porque requiere un gasto inicial, pero cuando les mostramos los cálculos y cuantificamos los importantes ahorros a medio plazo que obtendrán, se quedan convencidos”, asegura. Otra opción que ofrecen desde Clece consiste en encargarse ellos del coste inicial de las reformas para ir recuperando la inversión con los ahorros generados. Máximas facilidades para convertirse en parte de la solución a este gran reto que afronta la humanidad en la próxima década: reducir el consumo energético y, con él, las emisiones contaminantes. Algo que, además, viene con la recompensa de conseguir un ahorro económico mes a mes.