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16 junio 2021

Acompañamiento continuo e individualizado, claves para la inserción exitosa de colectivos vulnerables

Algunas empresas rompen estereotipos, porque no desatienden su deber de impulsar y contribuir positivamente a la sociedad. Por eso son diferentes, respetadas e imprescindibles.

Texto: María Torres

Clece es una de esas compañías diferentes. Desde su nacimiento se ha ido adaptando no solo a las necesidades de sus clientes, en multitud de sectores, sino que también ha promovido mejoras en una sociedad cambiante.

De izquierda a derecha: Olga Giner, Montse Parés y Elisabeth.

Su propósito es generar un impacto social real, en diversas áreas, a través de su trabajo y sus acciones, con un énfasis singular en favor del empleo de calidad y la inclusión laboral de personas vulnerables o en riesgo de exclusión, especialmente de aquellas que más lo necesitan –hoy, más de 9.000 de los profesionales de Clece pertenecen a los colectivos en situación de vulnerabilidad–.Lo que define a Clece es una apuesta por un modelo de empresa sostenible y de contribución social, donde las necesidades de las personas –empleados, usuarios y clientes– son el foco principal, y donde las preocupaciones de la sociedad y las de la compañía van de la mano. Más todavía, su compromiso con la inserción es tan firme, que no duda en dotarse de los medios humanos, especializados y organizativos que garanticen que los procesos de inserción laboral sean exitosos y el proyecto de las personas que se incorporan a Clece sea estable y de larga duración. Para que ello, también les ayuda a alcanzaren su tan merecida estabilidad personal y familiar.

Un proceso que añade valor

La oportunidad laboral es la primera pieza de un proceso que busca acabar en la inclusión social de la persona vulnerable. Dicho proceso, en opinión de Montse Parés, delegada social de la empresa en Catalunya y Baleares, “incluye el acompañamiento y seguimiento con el fin de mantener el lugar de trabajo, así como la coordinación de profesionales tanto de Clece como de las entidades colaboradoras, gracias a las cuales acogemos a muchas personas que necesitan una oportunidad”.

Elizabet Ayquipa se incorporó a la compañía mediante un proceso de inserción.

Es decir, se trata de reforzar el valor de estos procesos de acompañamiento que no son sencillos, ni de un día para otro, donde la adaptación y la adecuación se van trabajando de forma diaria y continuada.

Elizabet Ayquipa se incorporó a la compañía mediante un proceso de inserción. En la actualidad considera que, gracias a la ayuda recibida, ha superado los momentos más duros de su vida. “No tengo palabras, mi vida ha cambiado gracias al apoyo emocional y profesional que he recibido del equipo de apoyo. Son mis ángeles de la guarda”.

Respecto al proceso que tanto la ha ayudado afirma que “orientan en todo lo que necesitas y siempre están disponibles. Mi cambio es tan notable que la gente me felicita por lo que he conseguido gracias a su ayuda. Están detrás de mí apoyándome, siempre”.

En este escenario, Ayquipa destaca que para encontrar ayuda “acudí a muchos sitios e instituciones pero, para no faltar a la verdad, tengo que decir que en ningún sitio se me ha tratado como en Clece, por lo que solo tengo agradecimiento”.

La clave, la especialización del acompañamiento

Realizar estos procesos de manera fructífera requiere continuidad y compromiso, pero es esencial contar con personas, especializadas, que sean capaces de acompañar a las personas en su inserción, con independencia de la complejidad de su casuística, siempre desde la cercanía, la empatía y la comprensión. Por ello, Clece cuenta con la Unidad de Soporte y Apoyo a las Personas (USAP), una figura propia de los Centros Especiales de Empleo, pero que la compañía ha integrado en su organigrama, para ofrecer a las personas profesionales en situación de vulnerabilidad, ya en plantilla o en vías de incorporación, la orientación y el soporte que necesitan en todo momento.

Para tener una perspectiva del trabajo creciente de esta Unidad, en Catalunya, en el 2019 realizó 137 intervenciones –acompañamientos a personas-, alcanzando el último año las 231.

Elizabet Ayquipa ha conseguido superar los momentos más duros de su vida gracias a la ayuda recibida del Equipo de Apoyo de Clece.

En opinión de Olga Giner, psicóloga y USAP de Clece en Catalunya, la principal preocupación de la compañía y el origen de su posición y responsabilidad, es el bienestar de la plantilla y de los colectivos vulnerables, entre las que se incluyen mujeres víctimas de violencia de género y personas con diversidad: “El trabajo es la mejor forma de integración, nuestro objetivo es darles una oportunidad laboral que les permita desarrollarse profesional y personalmente. Queremos, en definitiva, darles ilusión y tenderles la mano para que tengan un apoyo para salir adelante. Para eso está nuestro equipo, para ayudarles a superar una situación personal excepcional”.

Al lado de cada persona

Como manifiesta Montse Parés: “Clece es una empresa socialmente comprometida con las personas, como algo inherente a su origen y desarrollo: una empresa de personas para personas”. Es precisamente esta naturaleza, orientada a las personas, la razón de que su modelo de apoyo y de inserción laboral, no se limite a aquello más burocrático, sino que se caracterice sobre todo por la atención individualizada y continúa en el tiempo, hasta que la persona recupera plenamente su fortaleza.

Desde la USAP la actividad se vertebra, según Parés, a partir de los ejes de Integración y Sensibilización con el objetivo de aportar beneficios directos e indirectos a los diferentes colectivos con los que interactuamos. “Detrás de esta filosofía hay un plan de trabajo que se extiende en el tiempo, para dar soluciones a problemas y situaciones paralizantes”, añade.

Este trabajo es, en opinión de Parés “individualizado porque cada persona es única” y añade “La integración y el desarrollo de colectivos vulnerables es uno de los retos de nuestra sociedad, y uno de nuestros objetivos fundamentales como compañía, no dudamos de nuestras posibilidades ni de sus capacidades para salir adelante, por lo que potenciamos con fuerza su integración social, al mismo tiempo que promovemos iniciativas de sensibilización para dar a conocer la realidad de sus circunstancias”.

Un compromiso de presente y futuro

Hoy, más de 9.000 personas, con diversidad o provenientes de colectivos en situación de vulnerabilidad, son parte activa del equipo de Clece. Aunque esto es fruto del compromiso de la empresa, es una realidad gracias a la implicación de muchas personas de la compañía, que individualmente, entienden la importancia de ofrecer ayuda, no esporádica, sino continúa, a aquellas personas de nuestra sociedad que más la precisan.

Olga y Montse forman parte del equipo que sigue el exitoso proceso de inserción de Elizabet.

Al conocer a Elizabet, a Olga y a Montse, uno vislumbra la complejidad de experimentar o acompañar un proceso de inserción, pero a su vez, comprende su importancia, ve su dedicación, y entiende que la única posibilidad de que la inserción laboral alcance verdaderamente su objetivo, es asumiendo por parte de todos un compromiso de presente y futuro. Ellas, Clece y la multitud de entidades del tercer sector con las que colaboran, sin duda lo tienen.

Como explica Giner: “Activamos procesos de acompañamiento e identificamos a personas con problemas para así gestionar un apoyo holístico que busca el bienestar de la persona dentro y fuera del trabajo. Conseguirlo es gratificante. La sonrisa de quien tanto ha padecido es nuestro mayor logro y por ello, seguiremos trabajando para que nunca terminen”.