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Facilitando
la integración

Combatiendo contra las desigualdades sociales de los barrios. El Plan de Barrios impulsa proyectos de atención social, salud comunitaria y de vivienda digna para mejorar la calidad de vida de los vecinos y vecinas.

Torre Baró es un barrio singular del distrito de Nou Barris que cuenta con un tejido social diverso y una implicación vecinal para identificar problemáticas sociales y trabajar para resolverlas con iniciativas y acciones como las del Plan de Barrios. Un ejemplo es la detección de las necesidades de los recién llegados y el trabajo conjunto para intentar solucionarlas. Una piedra con la que se tropiezan muchos vecinos es la convalidación de los estudios realizados en el extranjero y a la que desde marzo da respuesta un proyecto impulsado por la Red Nou Barris Acull.

El objetivo de esta red, formada por decenas de entidades, es asegurar la convivencia del vecindario, garantizar la inclusión y reforzar el tejido social. Por ello ha coordinado un equipo de 12 profesionales para que atiendan estas solicitudes. Uno de los que se está beneficiando del programa es Víctor Segura, un dominicano de 24 años que llegó hace uno a este barrio de la Meridiana. Desde entonces, ha trabajado como promotor de una empresa de gas y de varias ONG, pero lo que quiere de verdad es ser cocinero. De momento, mejora las técnicas que le enseñaron su madre y su abuela gracias a un curso en el barrio para buscar después un puesto en la hostelería. Pero sin su título de bachillerato, no puede ir más allá y entrar a una formación profesional de grado superior.

"Solo falta que me envíen la documentación desde República Dominicana para seguir con el trámite", cuenta después de reunirse con Albert Ferrer, el abogado que ayuda a los vecinos a conseguir sus diplomas. De momento, nadie ha terminado el proceso de homologación porque se trata de un trámite lento —puede tomar meses—, pero el apoyo de este organismo no solo les permite obtener ayuda jurídica, sino que también hay presupuesto para apostillas, compulsas, tasas o traducciones juradas que pueden tener costos inabarcables para los desempleados.

Ferrer se sienta los miércoles en una mesa del Centro Cívico de la Zona Nord y allí, cada media hora atiende a los interesados. No hay límites de edad, género u origen. El único criterio es el código postal, es decir, que vivan en el barrio, y que los estudios a convalidar sean de secundaria. Los universitarios dependen del Ministerio de Educación.

Predominan dos perfiles de interesados: chicos latinoamericanos que quieren terminar de formarse con educación técnica, como Víctor, o personas más mayores que quieren dar un empujón a su trabajo. Este programa, es uno de tantos que defiende los derechos sociales en los barrios para reducir las vulnerabilidades en que se encuentran estos vecinos.

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