En la línea de agua, mediante rejas y tamices, se le quitan primero los grandes sólidos (desde latas, a palés de madera, cajas, bolsas, bastoncillos, toallitas o preservativos, entre otros elementos que configuran la antropología urbana). Seguidamente, se inicia un tratamiento primario, donde se eliminan los sólidos en suspensión, que son fácilmente decantables en grandes piscinas. 

A continuación, se realiza un tratamiento secundario en grandes depósitos, donde se elimina la contaminación por materia orgánica del agua. Es posible dar un paso más para impulsar el uso de agua regenerada mediante el empleo de métodos que combinan diferentes disciplinas. " Si queremos fomentar la reutilización del agua, es necesario realizar un tratamiento terciario al agua, de afine, que incluye un pretratamiento (para eliminar la mayor cantidad de sólidos posibles), una decantación
"lamelar lastrada" según el argot técnico, una
microfiltración y lámparas ultravioleta e hipoclorito
de sodio (para eliminar, por ejemplo, posibles
virus). "El resultado ya no es un agua buena,
sino excepcional", garantiza Javier
Santos, director de Explotación y
Saneamiento de Aigües de Barcelona.


“Entre los usos que puede tener el agua regenerada está la limpieza de calles o de los equipos de refrigeración de las industrias. También se puede emplear en el mantenimiento del caudal ecológico del río o puede destinarse a los humedales del delta del Llobregat... E incluso se podría suministrar agua a la ETAP de Sant Joan Despí para que la potabilizara y fuera apta para el consumo humano, lo que permitiría cerrar el ciclo completamente”, explica el director de Explotación y Saneamiento de Aigües de Barcelona. “No me cabe duda de que en 10 o 15 años estaremos alimentando directamente potabilizadoras con el agua saliente de las depuradoras”, añade Santos.

En el caso de la EDAR Prat existe incluso un último tratamiento denominado ‘cuaternario’, que posee membranas de ultrafiltración y de ósmosis inversa (como existen en una potabilizadora), con la que “fabricamos un agua destilada hiperpura, que sirve para inyectarla en 14 pozos diseminados por el litoral barcelonés para crear una especie de barrera que evite la intrusión salina del mar en los acuíferos”, concluye Santos. Una técnica que sirve para demostrar que la acción del hombre, y la inteligencia aplicada al agua, puede jugar a favor del medio ambiente y servir para combatir, en este caso, la salinización de esas fuentes naturales de agua dulce que constituyen los pozos subterráneos.

Además de la línea de aguas, la EDAR Prat también tiene una línea de fangos (o lodos), donde van a parar todos los microorganismos que han actuado en la línea de agua, así como los sólidos en suspensión fácilmente decantables resultantes del tratamiento primario. Todo ello se espesa y se digiere (se introduce durante un mes en unos depósitos
cerrados con unos microorganismos que
convierten estos lodos en una materia inerte,
sin patógenos, y apta para ser manipulado
por los humanos). Luego se deshidrata
en unas máquinas centrífugas, para
facilitar y ahorrar en su transporte, y el
resultado puede ser utilizado en la
agricultura como abono.

En la digestión realizada en la línea de fangos se genera metano, un gas natural pobre, que puede almacenarse y tratarse en unos motores de cogeneración para producir energía eléctrica, que se vende a la red. “En nuestro caso, el 40% de la energía que necesitamos para depurar lo podríamos extraer del la digestión del fango”, concluye
Santos. Un paso para hacer realidad el cambio de
paradigma hacia unas instalaciones totalmente
autosuficientes y, por tanto, plenamente alineadas
en la economía circular. Además, del propio
funcionamiento de los motores de cogeneración
se desprende energía térmica (pues los gases salen
a 400º C), que se aprovecha para
calentar o deshidratar el fango
en diferentes fases.

Es la depuradora más completa del área metropolitana. Posee una capacidad de tratamiento de 260 millones de litros diarios (lo equivalente a 104 piscinas olímpicas). El agua le llega con todo tipo de residuos después de haber sido utilizada en los hogares, en las empresas, en las calles... 

Cerrar el círculo

CASO PRÁCTICO: EDAR Prat

Es la depuradora más completa del área metropolitana. Posee una capacidad de tratamiento de 260 millones de litros diarios (lo equivalente a 104 piscinas olímpicas). El agua le llega con todo tipo de residuos después de haber sido utilizada en los hogares, en las empresas, en las calles...  En la línea de agua, mediante rejas y tamices, se le quitan primero los grandes sólidos (desde latas, a palés de madera, cajas, bolsas, bastoncillos, toallitas o preservativos, entre otros elementos que configuran la antropología urbana). Seguidamente, se inicia un tratamiento primario, donde se eliminan los sólidos en suspensión, que son fácilmente decantables en grandes piscinas. A continuación, se realiza un tratamiento secundario en grandes depósitos, donde se elimina la contaminación por materia orgánica del agua.
Es posible dar un paso más para impulsar el uso de agua regenerada mediante el empleo de métodos que combinan diferentes disciplinas. “Si queremos fomentar la reutilización del agua, es necesario realizar un tratamiento terciario al agua, de afine, que incluye un pretratamiento (para eliminar la mayor cantidad de sólidos posibles), una decantación “lamelar lastrada” según el argot técnico, una microfiltración y lámparas ultravioleta e hipoclorito de sodio (para eliminar, por ejemplo, posibles virus). “El resultado ya no es un agua buena, sino excepcional”, garantiza Javier Santos, director de Explotación y Saneamiento de Aigües de Barcelona. 
“Entre los usos que puede tener el agua regenerada está la limpieza de calles o de los equipos de refrigeración de las industrias. También se puede emplear en el mantenimiento del caudal ecológico del río o puede destinarse a los humedales del delta del Llobregat... E incluso se podría suministrar agua a la ETAP de Sant Joan Despí para que la potabilizara y fuera apta para el consumo humano, lo que permitiría cerrar el ciclo completamente”, explica el director de Explotación y Saneamiento de Aigües de Barcelona. “No me cabe duda de que en 10 o 15 años estaremos alimentando directamente potabilizadoras con el agua saliente de las depuradoras”, añade Santos.En el caso de la EDAR Prat existe incluso un último tratamiento denominado ‘cuaternario’, que posee membranas de ultrafiltración y de ósmosis inversa (como existen en una potabilizadora), con la que “fabricamos un agua destilada hiperpura, que sirve para inyectarla en 14 pozos diseminados por el litoral barcelonés para crear una especie de barrera que evite la intrusión salina del mar en los acuíferos”, concluye Santos. Una técnica que sirve para demostrar que la acción del hombre, y la inteligencia aplicada al agua, puede jugar a favor del medio ambiente y servir para combatir, en este caso, la salinización de esas fuentes naturales de agua dulce que constituyen los pozos subterráneos. Además de la línea de aguas, la EDAR Prat también tiene una línea de fangos (o lodos), donde van a parar todos los microorganismos que han actuado en la línea de agua, así como los sólidos en suspensión fácilmente decantables resultantes del tratamiento primario. Todo ello se espesa y se digiere (se introduce durante un mes en unos depósitos cerrados con unos microorganismos que convierten estos lodos en una materia inerte, sin patógenos, y apta para ser manipulado por los humanos). Luego se deshidrata en unas máquinas centrífugas, para facilitar y ahorrar en su transporte, y el resultado puede ser utilizado en la agricultura como abono.En la digestión realizada en la línea de fangos se genera metano, un gas natural pobre que puede almacenarse y tratarse en unos motores de cogeneración para producir energía eléctrica, que se vende a la red. “En nuestro caso, el 40% de la energía que necesitamos para depurarla podríamos extraer de la digestión del fango”, concluye Santos. Un paso para hacer realidad el cambio de paradigma hacia unas instalaciones totalmente autosuficientes y, por tanto, plenamente alineadas en la economía circular. Cerrar el círculoCASO PRÁCTICO: EDAR Prat