“La planta original, que data del año 1955, recoge el agua del río y le aplica una serie de tratamientos (cloro, decantación y filtros de arena, entre otros) tal como se realiza en el 90% de las plantas depuradoras de España y del resto del mundo”.

En el año 1962, la estación se amplió con la central 2, exactamente igual que la anteriormente descrita.

“Y en 1992, coincidiendo con los Juegos Olímpicos, se quiso dar un plus a la calidad del agua de la ciudad, con lo que se llevó a cabo una segunda ampliación con nuevos edificios”. Ahora, tras la decantación por arena, se impulsa el agua con tornillos de Arquímedes, un sistema de bombeo que utiliza un conocido principio de la física, para que, por gravedad, realice dos nuevos procesos. Se le dosifica ozono (el mejor desinfectante que hay), y se filtra por carbón activo granulado, mejorando su olor, color y gusto.

En el año 2003 se construyó la tercera ampliación, consistente en dos edificios en los que se realiza un tratamiento por membranas: ultrafiltración en un edificio y osmosis inversa en otro”. Se trata de dos procesos que buscan, por diferentes métodos, cribar las partículas disueltas en el agua.

Los residuos generados en el proceso de decantación y filtración por arena se envían a una planta interna de tratamiento de fangos donde, a través de un tratamiento de secado en continuo, se acaba obteniendo un polvo, que posteriormente se envía a fábricas de cemento para su reutilización. Es decir, que se cumple con el principio de la economía circular, que implica la reutilización permanente de los materiales y los recursos para minimizar el impacto medioambiental de la actividad humana.

Física y química al servicio de la economía circular

CASO PRÁCTICO: La ETAP Llobregat

Ubicada en Sant Joan Despí, la ETAP Llobregat es una potabilizadora con 60 años de historia, que se nutre de las aguas del tramo final del Llobregat.

Ubicada en Sant Joan Despí, la ETAP Llobregat es una potabilizadora con 60 años de historia, que se nutre de las aguas del tramo final del Llobregat.

“La planta original, que data del año 1955, recoge el agua del río y le aplica una serie de tratamientos (cloro, decantación y filtros de arena, entre otros) tal como se realiza en el 90% de las plantas depuradoras de España y del resto del mundo”.

En el año 1962 la estación se amplió con la central 2, exactamente igual que la anteriormente descrita.

“Y en 1992, coincidiendo con los Juegos Olímpicos, se quiso dar un plus a la calidad del agua de la ciudad, con lo que se llevó a cabo una segunda ampliación con nuevos edificios”. Ahora, tras la decantación por arena, se impulsa el agua con tornillos de Arquímedes, un sistema de bombeo que utiliza un conocido principio de la física, para que, por gravedad, realice dos nuevos procesos. Se le dosifica ozono (el mejor desinfectante que hay), y se filtra por carbón activo granulado, mejorando su olor, color y gusto.

En el año 2003 se construyó la tercera ampliación, consistente en dos edificios en los que se realiza un tratamiento por membranas: ultrafiltración en un edificio y osmosis inversa en otro”. Se trata de dos procesos que buscan, por diferentes métodos, cribar las partículas disueltas en el agua.

Los residuos generados en el proceso de decantación y filtración por arena se envían a una planta interna de tratamiento de fangos donde, a través de un tratamiento de secado en continuo, se acaba obteniendo un polvo, que posteriormente se envía a fábricas de cemento para su reutilización. Es decir, que se cumple con el principio de la economía circular, que implica la reutilización permanente de los materiales y los recursos para minimizar el impacto medioambiental de la actividad humana.

Física y química al servicio de la economía circular

CASO PRÁCTICO: La ETAP Llobregat