Los pacientes crónicos necesitan una atención integral ante el nuevo panorama post Covid

Los más de 19 millones de personas que sufren una enfermedad crónica en España han vivido durante estos meses de pandemia una realidad que no esperaban. Estas enfermedades son responsables de 300.000 muertes al año en nuestro país, el 74,45% del total, siendo éstas además las que mayor impacto tienen sobre la esperanza y la calidad de vida de los ciudadanos, especialmente en los mayores de 55 años y aumentando con la edad, según destaca el Informe Cronos

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La situación se ha visto agravada porque muchos pacientes han dejado de acudir a sus consultas por miedo al contagio y porque tenían dificultades para acceder a la asistencia de su médico y enfermera de referencia, quienes conocen su situación con respecto a la enfermedad. La limitación de recursos de tiempo, personal y económicos para atender a estos pacientes por parte de profesionales sanitarios puede suponer un empeoramiento en el manejo de las patologías crónicas y sus condiciones generales.

Cerca de 2,9 millones de personas padece EPOC1 en nuestro país, una enfermedad prevenible y tratable. Casi 120.000 personas sufren un ictus en España cada año2, una enfermedad que se estima que afecta a mínimo a 1 de cada 6 personas y que es responsable de más del 18% de las muertes prematuras3,4. La diabetes tipo 2 es otra de las patologías crónicas con mayor incidencia, y que anualmente desarrollan cerca de 400.000 personas más en España5.

Teniendo en cuenta estas cifras y frente a la situación excepcional sobrevenida por la Covid-19, se ha hecho evidente la necesidad de adoptar un compromiso que proteja la atención urgente a la cronicidad en España. Para ello hay que visibilizar la situación que viven los pacientes crónicos y concienciar a la opinión pública de la urgencia por tomar medidas concretas para afrontar este reto, en aras de mejorar la calidad de vida de las personas que conviven con una enfermedad crónica.

La cronicidad es un compromiso de todos

La atención integral a los pacientes crónicos en esta nueva normalidad requiere nuevos enfoques. La búsqueda de soluciones debe tener un carácter multidisciplinar y transversal, y en ella deben participar todos los agentes desde profesionales sanitarios y sociosanitarios, hasta entidades públicas y privadas implicadas en ello, sin olvidar a las asociaciones de pacientes, así como a los propios pacientes y su entorno. Porque la cronicidad es un compromiso de todos.

Estas soluciones también pasan por un abordaje integrado en el sistema sanitario español que tenga como objetivo mejorar la calidad de vida de estas personas. Su condición de crónicos no sólo limita en muchas ocasiones su vida, sino que afecta también a su entorno, puesto que se trata de patologías de larga duración, y por lo general, de progresión lenta.

Desde hace ya un tiempo, las principales organizaciones colegiales, sociedades científicas, asociaciones de pacientes y compañías asociadas, que están involucradas en la atención al paciente crónico se han agrupado en la Plataforma Cronicidad: Horizonte 2025, (CH2025) para marcar las líneas de trabajo a seguir ante el nuevo panorama que la pandemia está dibujando. Y su principal objetivo es que ningún paciente quede en pausa.

Para ello, desde CH2025 se ha elaborado un documento de consenso en el que se apuesta por un nuevo modelo que otorgue a la cronicidad un reconocimiento estructural propio, que pivote sobre una Atención Primaria reforzada y que cuente con una dotación apropiada de recursos.

Esta organización multidisciplinar apoya también la necesidad de fortalecer la coordinación sociosanitaria, donde la inclusión de la atención asistencial en el catálogo de prestaciones del Sistema Nacional de Salud se hace necesaria, pues forma parte fundamental del cuidado y el tratamiento de las enfermedades crónicas.

Propuestas de atención integral

CH2025 ha presentado recientemente este documento ante miembros del Senado y del Ministerio de Sanidad con recomendaciones para impulsar un modelo asistencial sostenible y de calidad en la era post Covid-19. Con todo ello la plataforma pretende garantizar la continuidad asistencial, reorganizar el sistema sanitario y los recursos hacia un modelo centrado en el paciente.

Se propone también la construcción de un sistema homogéneo para medir los resultados en salud, tan necesario para seguir mejorando, incorporar herramientas que aseguren la participación y el 'empoderamiento' de los pacientes en las decisiones y actuaciones organizativas y asistenciales que les atañen y, por supuesto, utilizar las tecnologías de la información y la comunicación como un recurso asistencial valioso, así como reforzar la prevención, con foco también en la educación del paciente para el autocuidado.

En este sentido, la propia vicepresidenta del Senado, Cristina Narbona ha destacado la importancia de invertir especialmente en prevención, investigación y especialización, subrayando que este esfuerzo, resulta más necesario que nunca para dar apoyo a los colectivos más vulnerables ante la pandemia, como es el caso de los pacientes crónicos.

¿Por qué es necesario acometer estas transformaciones? Porque las consecuencias de que los pacientes crónicos no tengan acceso a una atención correcta pueden suponer mala adherencia, un mal control y seguimiento de sus patologías, retrasos en las pruebas y en los procedimientos, entre otros. Una menor adherencia a los tratamientos, por ejemplo, puede empeorar la calidad de vida de los pacientes a la vez que aumentar la probabilidad de recaídas y agravamiento de algunas enfermedades y la necesidad de visitas a urgencias y de ingresos hospitalarios evitables.

Modernizar el modelo

Todas estas propuestas desarrolladas y recogidas por CH2025, tienen como base un estudio elaborado por la Universidad Internacional de Cataluña (UIC Barcelona) con el fin de determinar los elementos clave para el desarrollo de políticas de atención a los pacientes crónicos. Esta evaluación no solo ha tenido en cuenta el impacto de laCovid-19, también ha analizado la trayectoria en cuanto a cronicidad del SNS en los últimos cinco años.

En este sentido, el trabajo realizado por la UIC Barcelona refuerza los planteamientos iniciales de la Plataforma CH2025 sobre la necesidad de llevar a cabo las reformas necesarias para dotar de solvencia al sistema sanitario, entendida no solo en términos económicos, sino como capacidad de adaptarse a los cambios que se producen.


1Datos de la guía española de la EPOC (GesEPOC) y el INE.
2Datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN).
3Clua-Espuny JL, Piñol-Moreso JL, Panisello-Tafalla A, et al. Estudio Ebrictus. Resultados funcionales, supervivencia y años potenciales de vida perdidos después del primer episodio de ictus. Aten Primaria. 2012;44(4):223-231.
4Comendeiro MM, Castaño RE, Jiménez M, Artero CC. Mortalidad prematura y años potenciales de vida perdidos a causa de ictus en las Illes Balears. P-052. In: XXXII Jornadas AES. Bilbao, Mayo. ; 2012.
5Datos del estudio di@bet.es

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