Daniela Pina

El 2020 no ha sido solo el año de la pandemia de coronavirus, también ha marcado el aterrizaje del 5G en España, una nueva tecnología que ofrece una velocidad de conexión más alta y una reducción de la latencia, es decir un menor retraso temporal dentro de la red. Un avance que no solo afectará al sector de las telecomunicaciones, sino que también significará un cambio sustancial en ámbitos como el transporte, la medicina y, como no, la energía.

Conscientes del camino a seguir, desde Endesa han querido apostar por el 5G y se han sumado al proyecto Smart5Grid (Demonstration of 5G solutions for Smart Energy Grids of the future), que se lleva a cabo dentro del programa de investigación e innovación Horizonte 2020 (H2020), de la Unión Europea. El objetivo de este proyecto, en el que participan 24 empresas de siete países comunitarios coordinados por el grupo Enel (matriz de Endesa), es analizar los usos del 5G para transformar de forma radical la operativa de la red de distribución de la energía eléctrica y mejorar su funcionamiento.

Para ello, se llevarán a cabo cuatro pruebas piloto en diferentes países, en las que se analizaran diferentes aspectos que se pueden mejorar con el 5G. En Italia se efectuará una prueba de detección automática de fallos en la red de distribución; en Grecia se analizará el control preciso de la generación distribuida para ofrecer servicios de flexibilidad a las redes; en la frontera entre Grecia y Bulgaria se realizará un control transfronterizo de áreas amplias en tiempo real; y, finalmente, en España se desarrollará una inspección remota en las áreas de trabajo delimitadas automáticamente.

Concretamente, este último caso se ejecutará en la subestación Ecogarraf, situada en la provincia de Barcelona, y se convertirá en el primer proyecto que utiliza la tecnología 5G en el sector de la energía en España. Para ello, Endesa ha elegido la subestación; el centro de desarrollo e investigación I2CAT proveerá la red 5G privada; y la empresa Nosia suministrará la tecnología necesaria, como sensores y cámaras 3D, para desarrollar los ensayos. Tal y como explica Inma Prieto, del departamento de Nuevas Tecnologías e Innovación en E-Distribución, el objetivo principal de esta prueba piloto es “reforzar la seguridad de los trabajadores en las estaciones de distribución”.

Reforzar la seguridad

Las posibilidades que ofrece la tecnología 5G pueden ayudar a prevenir posibles accidentes en las áreas de trabajo de las estaciones. Y es que, como explica Prieto, “los elementos que encontramos en una subestación eléctrica suelen ser de alto voltaje”. Es por ello que, desde Endesa trabajan constantemente para garantizar la seguridad de todos los operarios. “A día de hoy, los trabajadores siguen un protocolo de seguridad muy estricto: antes de entrar a la zona de trabajo, los usuarios deben asegurarse de que en la zona en la que van a trabajar no existe tensión en absoluto y los mismos operadores deben delimitar la zona antes de iniciar el procedimiento”, recalca Prieto.

En este sentido, la prueba piloto que se desarrollará en la subestación Ecogarraf pretende reforzar estas medidas de seguridad para evitar cualquier error humano. A través de las cámaras y los sensores de geolocalización y gracias a la tecnología 5G se podrá monitorizar en tiempo real la posición de los operarios y se emitirán alertas en caso de incumplimiento de las medidas de seguridad. “El objetivo es que en el futuro esto no sea solo un sistema de ‘back up’, sino que sea el sistema principal de control del usuario”, remarca Prieto.

Ventajas del 5G en el sector de la energía

Smart5Grid se puso en marcha en enero del 2021 y está previsto que tenga una duración de un año y medio. La información sobre los resultados de las cuatro pruebas piloto se recogerá y se volcará a una plataforma abierta para que terceras empresas, pymes y ‘start-ups’ tengan acceso y puedan desarrollar sus aplicaciones de red Net-Apps para crear y ofrecer servicios avanzados de energía.

Tal y como lo ve Eunice Ribeiro, directora de estrategia europea en I2CAT, “aplicar el 5G en el sector de la energía va a mejorar la competitividad energética en Europa y va a favorecer el desarrollo de un sistema energético renovable y sostenible”. De este modo, Ribeiro cree que el 5G facilitará la transición energética ya que “puede ayudar a crear un sistema que controle y prediga los factores climáticos cambiantes de manera más rápida y eficiente”.

Por otro lado, más allá de mejorar la seguridad de los operarios, Ribeiro también destaca que el sistema 5G va a garantizar el mantenimiento de las redes y va a acelerar la detección de fallos en los equipamientos que puede causar accidentes y pérdidas económicas significativas. Y es que, aunque la inversión requerida para el despliegue de la red 5G sea considerablemente alta, “ésta va a retornar en una mejora de la competitividad de las empresas”, señala la directora de estrategia europea del I2CAT.

Modelado 3D y realidad aumentada

Una vez Endesa entró a formar parte del programa Smart5Grid, decidió que el espacio cedido para llevar a cabo la prueba piloto sería la subestación Eco garraf, situada en el Massís del Garraf. “Elegimos este espacio porque queríamos una zona rural”, explica Inma Prieto. “Teníamos que solicitar una frecuencia 5G que estuviera libre y teníamos más posibilidades de obtenerla en una zona no urbana”.

Por otra parte, no es la primera vez que Endesa lleva a cabo una iniciativa de digitalización en la zona del Garraf. Con la finalidad de mejorar la calidad de suministro, la eléctrica desarrolló el proyecto Network Digital Twins, que consiste en una réplica exacta digital de la red eléctrica metida en un ordenador con la que poder realizar simulaciones en todas las condiciones posibles, controlar en tiempo real el funcionamiento de los distintos componentes, realizar un mantenimiento preventivo e interactuar con el personal de campo de forma más eficiente.

La compañía ya ha empezado a desplegar los trabajos de modelado 3D de los activos físicos con el escaneado de subestaciones como la de Ecogarraf. En este contexto, “la intención es aprovechar el modelado 3D del Garraf para comparar la visión de las cámaras 3D”, explica Prieto. Además, la ingeniera también destaca las posibilidades que ofrece la combinación del 3D y la tecnología 5G: “se podría crear una zona de trabajo virtual y si el trabajador lleva puestas unas gafas de realidad aumentada, va a poder visualizar las áreas restringidas”.