Entrevista a Esther Fabregat

"La técnica y la tecnología son una oportunidad para las chicas”

Es Quality Manager de la empresa minera ICL, en Súria

Esther Fabregat, Quality Manager de ICL

Esther Fabregat, Quality Manager de ICL

Anna Costa

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Esther Fabregat, vecina de Sant Martí de Tous, estudió Ingeniería Técnica en Química Industrial en la UPC de Igualada. Actualmente, con 50 años, es Quality Manager de ICL, en Súria (Bages).

-Aplicar la química al entorno industrial. Usted tuvo claro su futuro profesional y optó por una ingeniería. ¿Qué hace falta para hacer una carrera técnica?

-Lo más importante es estar motivado y tener un gran interés por la tecnología, así como un buen conocimiento de las asignaturas de ciencia y tecnología: matemáticas, física, química, informática... En mi caso me gustaban mucho las matemáticas y tenía claro que tenía que optar por una carrera de ciencias. Me decidí por una ingeniería porque el abanico de posibilidades es amplio, y la ingeniería también es cosa de mujeres. La formación en química industrial proporciona una gran versatilidad, con capacidad para el análisis, concepción, cálculo, diseño, construcción, monitorización, control, optimización y operación de instalaciones, equipos y productos de la industria química.

-Se encarga del Sistema de Gestión de Calidad de la empresa minera del Bages, ICL, donde hay presencia de mujeres con responsabilidad tanto a nivel técnico como ejecutivo. ¿Es habitual en su sector o está más masculinizado?

-Me he movido en entornos profesionales donde la presencia de mujeres era más habitual en Administración y Laboratorio. Teniendo en cuenta que mucha gente confunde la gestión de la calidad con el control de calidad, la mayoría de empresas busca este perfil en el laboratorio, donde suele haber más mujeres. En ICL, las mujeres están presentes en todos los departamentos, incluso en aquellos donde ha habido históricamente mucha presencia masculina, como en la mina, cada vez hay más mujeres. Hemos ido ganando terreno y supongo que poco a poco se irá equiparando. 

-¿Cómo se puede luchar contra la creencia que las mujeres son refractarias a la tecnología?

-Son las mismas mujeres que se tienen que plantear nuevos retos y dejar de creer que las tecnologías son cosa de hombres. Hay que superar el supuesto carácter masculino de las ingenierías y hacer creer a las niñas, desde pequeñas, que pueden hacerlo, que son capaces y que tienen muchas posibilidades en este ámbito. La técnica y la tecnología son una oportunidad para las chicas.

-En su caso, lo tuvo claro. Apostó por estudiar Ingeniería Técnica Industrial en Química en Igualada, una titulación que tiene buena demanda profesional. ¿Cuál ha sido su trayectoria laboral?

-Empecé a trabajar en la industria de adobados de pieles, también he estado en la de poliuretano, y ahora en una empresa de tratamiento de minerales. Mi carrera profesional se ha centrado en temas de calidad, una tarea que me gusta porque se trata de buscar la mejora de cualquier proceso, ya sea en la obtención de resultados, la optimización del tiempo... Es un trabajo bastante agradecido.