Contenido de usuario Este contenido ha sido redactado por un usuario de El Periódico y revisado, antes de publicarse, por la redacción de El Periódico.

Ya no soy "antitaurino"

Imagen de archivo de una corrida de toros. 

Imagen de archivo de una corrida de toros.  / RICARD FADRIQUE

Ya no soy antitaurino. Sé que esta afirmación puede parecer chocante, sobre todo para los que me conocen, pero no os alarméis, no me he vuelto completamente loco. La tauromaquia es una actividad que consiste en torturar hasta la muerte a una ser vivo. Está más que probado científicamente que los toros son seres sintientes y que durante el ejercicio de estas prácticas sienten dolor extremo, miedo, angustia y desesperación

Entretodos

Publica una carta del lector

Escribe un 'post' para publicar en la edición impresa y en la web

La tauromaquia también ejerce un efecto muy nocivo en la sociedad, sobre todo en los niños, ya que normaliza la violencia y nos insensibiliza al dolor y sufrimiento ajenos. Los argumentos que esgrimen los aficionados a la tauromaquia son totalmente irracionales y carentes de base científica, reforzando aún más lo inmoral, lo absurda y lo totalmente innecesaria que es la tauromaquia.

Basándonos en todo esto, autodefinirse como antitaurino es tan ilógico, redundante e incoherente como denominarse a uno mismo antipederasta, antiviolador, antirracista o antiasesinos en serie, por poner tan solo unos ejemplos. Es tan obvio que como ser humano con un mínimo de empatía, de compasión y de ética esté en contra de esta barbarie como evidente resulta la falta de estos valores en quienes disfrutan y aplauden esta atrocidad, con nuestros políticos a la cabeza.

Participaciones de loslectores

Másdebates