"Los votantes de izquierda nos decepcionamos y los de la derecha son incondicionales"

La corrupción política, venga de donde venga, es una lacra y los políticos sin alma de servidores publicos deberían desaparecer 'ipso facto' del mapa politico de este país, sean del partido que sean. Dicho esto, creo que en temas de corrupción y en asunción de responsabilidades, hay claras diferencias entre izquierda y derecha.

En la izquierda, cuando aflora la corrupción o los errores políticos se desestabiliza todo, se exigen explicaciones y consecuencias inmediatas, necesitamos que rueden cabezas y tanto partidos como votantes quedan, durante mucho tiempo, en estado de 'shock'.

En cambio, la derecha se mueve en este terreno con más soltura y naturalidad, parece su hábitat natural, recordar las tramas Kitchen, Gurtel, la gran familia valenciana y madrileña de Aguirre, los Baltar gallegos, los cientos de condenados por corrupcion del PP con sentencias firmes.

El señor Feijóo aterrizando de tierras gallegas para ocupar el puesto de Casado, que tuvo la osadía de denunciar la corrupción del entorno Ayuso, ella sigue defendiendo a capa y espada a su pareja desde las instituciones, defraudador confeso ya imputado.

En gestión, la derecha da lecciones continuas, pero más de 7.000 ancianos fallecidos en las residencias públicas de Madrid por unos protocolos vergonzosos; más de 200 fallecidos en Valencia por la dana y mientras la población se ahogaba sin ninguna alerta, su presidente, el señor Mazón, de comida y larga sobremesa. Y ambos sin asumir ningún tipo de responsabilidad, dando lecciones de grandes mandatarios y riéndose en la cara de todos, sin ningún pudor.

Estamos en democracia, los políticos están ahí porque nosotros los votamos, y también aquí, en mi opinión, está la diferencia: los votantes de la izquierda, con todo esto, nos decepcionamos, desilusionamos y desmovilizamos rápido y la derecha esto lo sabe, como también sabe que los suyos (también sus votantes), pase lo que pase o caiga quien caiga, son incondicionales.