Vivir en Ciutat Vella: "No queremos volver al siglo XIV, ni linchar chivos ni tapiar nuestras casas"

Hacia el siglo XIV, al detectarse un brote de peste negra, era faena habitual de los notarios residentes en la calle Montcada de Barcelona el hacer inventario exhaustivo del ajuar doméstico cuando una residencia familiar quedaba vacía previo tapiado de puertas y ventanas. Las familias que se lo podían permitir escapaban de la ciudad por unos meses a su segunda residencia a la espera de que la peste remitiera. Lo mismo sucedió en el siglo XIX con el cólera. El resto de los vecinos del barrio se jugaban la infección a suerte, a fuerza de cariño por su casa y limitados por sus circunstancias.

Vivo con mi familia en la calle Montcada y hemos residido en Ciutat Vella más de 15 años. El otro día, yendo a la biblioteca Bonnemaison, presenciamos dos robos en directo, cosa terrible que, para los vecinos, ya es la nueva normalidad. En el segundo de ellos, los ladrones eran tres, una de las cuadrillas habituales, dos escaparon pero los transeúntes conseguimos inmovilizar al tercero. 

Llamé a los Mossos advirtiendo de la urgencia del momento. Viendo al chico en el suelo, peatones, tenderos y vecinos con paraguas (debe ser que llovía) de la zona empezaron a acercarse a insultar y, algunos, a patalearle. La situación era insostenible, los comentarios, la rabia contenida. Por suerte o por desgracia, llegaron los compañeros de cuadrilla del ladrón y mágicamente, lo liberaron y salieron corriendo. Al cabo de unos 10 minutos, apareció el coche patrulla.

Estuvimos a punto de asistir a un linchamiento público, mi mujer y mi hija están absolutamente traumatizadas. En una conversación posterior un Mosso nos dijo: "Váyanse a vivir a Sarrià".

Pues no, no queremos volver al siglo XIV, ni organizarnos para linchar chivos ni tapiar nuestras casas, lo que queremos es que nuestros políticos y legisladores se miren su ineptitud antes de que sea demasiado tarde.