"Vivimos bajo el yugo de una sociedad que penaliza y ridiculiza la lentitud"

'Time is money'. Vivimos bajo el yugo de una sociedad industrializada que penaliza y ridiculiza la lentitud. El lento es el tonto de la clase. Y esto se traduce en casi todos los campos de la sociedad incluido el ocio. Desde hace varios años me gusta salir a pasear por Barcelona y darme el tiempo de perderme por sus calles.

Pero últimamente esto se vuelve cada vez más difícil. Te miran raro si caminas sin prisa y sin rumbo por ciertas calles de la ciudad. Eres sospechoso si te paras a contemplar algo que te ha llamado la atención y parece que estorbas el tránsito peatonal si bajas la marcha al caminar.

Personalmente, cada vez tengo menos claro que la velocidad nos haga mejores. Comparto lo que dice el filósofo José Carlos Ruiz: "Parece que hoy pensar, detenerse, ir más lento para reflexionar es agonizar, es un atraso, porque siempre hay que ir hacia adelante".

La pulsión por ir más de prisa es una constante en la mayoría de nosotros. Sin embargo, vagar a placer por nuestra ciudad, ir a la deriva por nuestro barrio explorando lo cotidiano es ir a contracorriente y requiere un abandono premeditado de ciertos convencionalismos. Y lo que es peor para nuestra sociedad de consumo: es inútil e improductivo. 

Da que pensar que hoy en día la opción de ir un poco más despacio por la vida sea un desafío al sistema. Pero también es una gran oportunidad de volver a un ritmo más orgánico, a una dimensión más humana, cercana e íntima donde pueda aparecer la reflexión y el pensamiento crítico. 

Por eso creo que si ser lento es ser tonto, deberíamos optar seriamente por ser cada vez más tontos.