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"Algunos ven con comprensión el desliz de un cura, pero con odio y desprecio a los que vivimos como nosotros decidimos"

El obispo Xavier Novell saluda a los fieles en el Palau Episcopal de Solsona

El obispo Xavier Novell saluda a los fieles en el Palau Episcopal de Solsona / Bcn

A nadie le importa con quién se acuesta un cura y, por supuesto, a nadie le importa quién se acuesta con quién, siempre que sea legal. La cuestión es que unos señores, en nombre de su Dios, se creen que tienen un derecho divino para transmitir una moral determinada por unas leyes eclesiásticas y bíblicas que tienen más años que Matusalén. Una moral machista, homófoba, represora, que no deja espacio a la reflexión del individuo, sometiéndolo a una fe ciega y sin raciocinio. Estos curas, desde sus púlpitos, predican, condenando, cualquier modo de vida que no sea la que dicte su Santa Madre Iglesia. Bien sabida es la cantidad de problemas psicológicos que provocan en muchas personas que tratan de seguir las reglas y no lo consiguen. También algunos de estos curas destilan odio, sin disimulo alguno, hacia las formas de vida 'pecaminosas'.

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Curiosamente, en nuestra España tenemos muy bien grabada en nuestra mente la sorprendente frase "haz lo que digo y no lo que hago", dado los siglos en que hemos vivido con la moral de la Iglesia católica. Por eso, algunos ven con simpatía y comprensión el desliz de este cura o de otro, pero contemplan con odio y desprecio a los que vivimos como nosotros decidimos.

Esto no es exclusivo del catolicismo. También de otras religiones. Yo creo que la mejor manera de vivir, parafraseando al maestro Jesús, es "amaos los unos sobre los otros". Amén.

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