Una democracia tocada y hundida a raíz de los 'no-presupuestos'

Como se dice coloquialmente en el juego de los barcos, con la no aprobación de los Presupuestos Generales para este año por parte de una mayoria muy kafkiana, la unión de la derecha y los independentistas, queda tocada y hundida la embarcación de la democracia.

Y tocada y hundida porque, tanto unos como otros, han primado los intereses particulares y de partido en vez de lo que el pueblo quiere. El pueblo no quiere la derecha ni nuevos recortes, quiere el bienestar. Pero, sobre todo, quiere convivencia y diálogo.  

El PSOE no ha tenido la valentía de enfrentarse al diálogo y ha caído en las redes de sus barones anclados en el siglo XX y en el temor a la derecha más rancia y ultraconservadora. Los partidos denominados independentistas no han sabido discernir en lo que en realidad quiere el pueblo catalán y han tenido miedo a perder su oportunidad. Para dialogar no se necesita imponer líneas rojas, si no que hay que escuchar y, luego, llegar a acuerdos. Sea por la falta de valentía, sea por sobrepasar peticiones, quien ganan son la derecha y la ultraderecha, que consiguen su objetivo: hundir la democracia.

Ya puestos en Andalucía, ahora van a por los ayuntamientos y las autonomías. Volverán los recortes, la falta de bienestar y las diferencias sociales. Y todo por el miedo. Triste es ver lo kafkiano de un país que, por el miedo, se deja el principal de los valores que definen a un pueblo: la democracia.