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Tricotilomanía: el TOC invisibilizado

Imagen de una persona con un trastorno.

Imagen de una persona con un trastorno. / FOTO GETTY IMAGE David González

Me niego a aceptar la invisibilidad del trastorno y la ignorancia de la sociedad ante sus preocupantes efectos para la salud mental y psicológica de cada uno.

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Provoca impotencia que, además de tener que lidiar con la enfermedad, deba soportar los comentarios ajenos sobre la cuestión. Personas que ni siquiera saben qué es, pero se toman la libertad de culparte de ello. "Te arrancas el cabello porque quieres"; "Si tú quieres, no te quedas sin pestañas"; "Eres la única responsable de tus calvicies", "¿Estás loca? No te arranques el pelo". De esta manera es cómo consiguen bajarte la autoestima, incluso más de lo que ya hace el propio trastorno, y hacerte sentir mal contigo misma.

Como afectada animo a que no se incurra en dichas confusiones a fin de no hacer más daño y desanimar a la persona que lo padece; vamos a trabajar más con el lenguaje y a ser más empáticos, que es algo muy esencial: saber ponerse en el lugar de los demás, y pensar antes de hablar.

Con esto no quiero, evidentemente, centrarme solo en esta afección; estas recomendaciones demostrarían asertividad, madurez y comprensión hacia la otra persona, y son aplicables a cualquier enfermedad poco conocida o minorizada.

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