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"Todos hemos contribuido a que nos encontremos en esta situación"

Entrada en la escuela Veïnat de Salt.

Entrada en la escuela Veïnat de Salt. / DAVID APARICIO

Dentro de los requisitos, no escritos, que hay que cumplir para ser un buen profesional encontraríamos el compromiso, la perseverancia y la disciplina. A buen seguro muchos argumentarán que la imaginación y la adaptabilidad no son menos importantes. ¿Cómo iba a negar eso?

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Sin embargo, durante las últimas décadas, en el sistema educativo español y catalán ha faltado todo eso. Desde el pasado día 14 de septiembre, día en el que empezó oficialmente el curso escolar en Catalunya, los docentes pedimos a nuestros alumnos compromiso, perseverancia y disciplina para hacer frente a la pandemia a nuestras vidas.

Las respuestas que encontramos nos estremecen. Una de ellas es la desidia de muchos de ellos. Mascarillas demasiado usadas o mal colocadas han sido la tónica durante los primeros días. Así como el incumplimiento reiterado de la normativa. Muchos culparán a los profesores. Otros señalarán a la educación que reciben en casa. La realidad es que entre todos hemos contribuido a esta situación.

El problema educativo que tiene España, y que se ha podido ver en la última década con la aparición de populismos de todos los colores, va actuar como una espada de Damocles. Le pedimos a los jóvenes que actúen como hormigas cuando hace demasiado que sus ejemplos a seguir, en casa y en los colegios, son meras cigarras.

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