¿Quiénes son los máximos culpables de la contaminación en Barcelona?

Hace unos días, leí un estudio de la organización Transport & Environment referente a la contaminación de los vehículos y me ha hecho recapacitar sobre las restricciones que se llevarán a cabo en el área metropolitana de Barcelona a partir de principios del 2020.

Quien disponga de un vehículo diésel de más de 13 años no podrá circular por la ciudad. Bueno, pagando sí que podrá, al menos algunos días al año. Será que pagando no se contamina tanto... o que el respeto por el medioambiente no es tan prioritario como pretenden hacernos creer.

Sin embargo, a primera vista, la medida parece bastante acertada. La contaminación y el calentamiento del planeta deberían ser temas que nos preocupasen porque nos afectan muy directamente, pues de ello depende la calidad de vida de todos. Lo que me pregunto es por qué se toman medidas que afectan a las personas que tenemos la necesidad de entrar en Barcelona y, en cambio, se hace la vista gorda a la industria química, a las nucleares, al transporte aéreo o a los cruceros, por citar algunos ejemplos.

El estudio de Transport & Environment resalta que los cruceros de una sola compañía son diez veces más contaminantes que todos los coches que circulan por Europa. Esto es muy serio porque estamos hablando de 260 millones de coches. Quizá sería más interesante disminuir la entrada de algún crucero en el puerto de Barcelona, a menos que el medioambiente solo sea una excusa para recaudar más impuestos.

Y una última reflexión: si se prohíbe la entrada a los coches sería una buena estrategia potenciar el uso del transporte público también para las personas que vivimos fuera de la ciudad y que queremos ir a Barcelona. Pero alguien ha pensado que sería mejor retirar la T-10. Me parece que a veces los asesores políticos viven en otro mundo... o quizá no.