"La sostenibilidad y el decrecimiento son necesarios ya"

El cambio climático está aquí, pero solo nos preocupa cuando resta siete puntos del PIB, cuando los chiringuitos del Mar Menor no pueden abrir porque las algas bajan el turismo, cuando los incendios devoran lo material.

El cambio climático se ha llevado 600 vidas en apenas unos días con la ola de calor, ha impedido la extinción de incendios y dificultado su control arrasando con toda forma de vida a su paso. También es el culpable de la asfixia de miles de peces: el calor del mar y los fertilizantes hacen el resto.

Vamos muy tarde, porque durante años nos hemos burlado y hemos ridiculizado a los ecologistas y al saber científico. No es normal vivir en una ola de calor perenne. No es normal que la temperatura de Barcelona hoy sea la de la Sevilla de hace 20 años. ¿Qué pasará dentro de 50 años?

Nos parece que regular el acceso al agua, controlar la explotación de los acuíferos, controlar la temperatura individual y colectiva de los espacios es un mundo, pero lo cierto es que los recursos son limitados. Y que generaciones anteriores han estado viviendo por encima de sus recursos y poniendo (en su mayoría) desde los poderes fácticos palos en las ruedas a todo cambio, a toda sostenibilidad y decrecimiento, porque tenemos que decrecer, sí, tener menor impacto.

No es baladí que nuestros pantanos estén muy por debajo de los mínimos y que camiones cisterna tengan que abastecer de agua a poblaciones enteras. Quizá esto nos importe menos que la macroeconomía, pero la pandemia ya nos ha demostrado que sin salud no hay economía y nuestro planeta está enfermo. Crezcamos por encima del 1% o no, seguirá enfermo, y las medidas que tomemos hoy serán determinantes para nuestra supervivencia del mañana, no ya como sociedad, sino como especie.