Es evidente que catalanes y españoles somos muy diferentes: costumbres, cultura, fiestas, lengua... y se demuestra palpablemente a la hora de votar en unas elecciones. El partido que domina en España nunca suele pasar del tercer puesto en Catalunya.
También es evidente que en España no nos quieren y eso lo demuestra el rédito electoral que produce el anticatalanismo, demostrado hasta la saciedad por campañas del PP, atacando a Catalunya, lo que les produce pingües beneficios electorales en España.
Para una gran mayoría de españoles es inimaginable que un catalán llegue a ser presidente del Gobierno y es porque no nos quieren, no nos soportan, solo les interesa lo que podamos aportar a la caja para mejorar su bienestar.
Que nos dejen ir en paz y no tendrán que soportar más nuestras injustas lamentaciones.