Un minuto de silencio
Carmen Iglesias Feijoo Barcelona
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Luisa Vicente Santiago
En Siria solo se muere una vez. En los países sin guerras y con los ojos puestos en Siria, morimos muchas veces. Morimos de miedo y de horror al comprobar que todo lo que sucede en Siria ocurre bajo la inacción de Naciones Unidas, el consentimiento o incluso la colaboración de los gobiernos, en interés de las corporaciones , los mercados y el capital. Morimos cuando las distintas partes del conflicto sirio han sido atiborradas de armas por los países miembros de Naciones Unidas, especialmente Rusia y Estados Unidos. Morimos ante cada masacre y ante cada muerte que vomitan a diario las portadas de los periódicos. Ante vídeos de mujeres y niños decapitados invocando a Alá, a Dios, a los Derechos Humanos o a la democracia. Tiembla el mundo ante la Marsellesa, cantada por buena gente a favor de la paz y al son de violines de una guerra orquestada y silenciosa que ahora se ha hecho evidente. No servirá de nada que los monumentos del mundo se tiñan de luces de colores por la reciente masacre, mientras esos mismos estados sigan financiando el conflicto y miles de sirios mueran bajo las tinieblas ignorados por todos.
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Morimos aunque no sintamos el frío, el hambre o las enfermedades que siente el pueblo sirio, ante los 4,8 millones de personas sin apenas acceso a la ayuda humanitaria. Morimos de terror ante los girones de carne humana enterrados en las ruinas de una Siria totalmente destruida por esta guerra, que bien podríamos ser algunos de nosotros o nuestros hijos. Morimos de rabia ante el comunicado que dio en su día el Ministerio de Asuntos Exteriores sobre la muerte de dos periodistas estadounidenses, mientras silenciaba el baño de sangre de más de 10.000 niños y 220.000 civiles. Morimos ante la hipocresía de los líderes mundiales que asisten a la cumbre del G-20, guardando un minuto de silencio para conseguir su minuto de gloria.
Morimos cuando vemos que una vez cumplido el obligado protocolo de solidaridad con la masacre de París, todos los partidos políticos han reiniciado como si nada hubiera ocurrido el maratón para conseguir el trofeo del poder en las próximas elecciones. Morimos ante la difusión mediática de los atentados ocurridos hace 4 días en París, cuando la guerra de Siria empezó hace casi 5 años. Pero no solo las guerras y los gobiernos atentan contra la democracia y la paz de los pueblos, la prensa que no informa verazmente o nos distrae con artículos ridículos y estúpidos que no interesan a nadie, como el publicado por este diario sobre el papel higiénico perfumado, mientras que España estaba en un nivel de alerta 4 sobre 5. También tendrá que entonar un miserere por todo lo que presuntamente pueda callar. Si la prensa calla, todos seremos reos sentenciados a muerte en el corredor de la indefensión y el olvido.
Participaciones de loslectores
Carmen Iglesias Feijoo Barcelona
Joan Sada Vidal Barcelona
Mario Martín Salardu
Eudald Fabres Tiscar Barcelona
Carla Domínguez Gómez Sant Cugat del Vallès
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23 de abril