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"Simone Biles prefiere esperar"

Simone Biles en una foto tomada instantes antes de empezar a competir en una prueba, en Tokyo.

Simone Biles en una foto tomada instantes antes de empezar a competir en una prueba, en Tokyo. / AFP / LOIC VENANCE

Para la economía hegemónica las personas somos únicamente herramientas, productores de riqueza, objetos a poseer, bienes inestimables en tanto seamos rentables. En ese sentido, Simone Biles es ahora menos útil para vender cualquier marca (ropa deportiva, automóviles, bebidas azucaradas…). Por otro lado, la ética política obliga a los hombres y mujeres a colaborar entre todos y transformar las organizaciones establecidas, aportar propuestas sobre la identidad colectiva y además encontrar un lugar propio, no solo como mano de obra o producto comercial o, como desea hacer la propia Biles, “simplemente vivir”. Aquí estaríamos el común de los mortales.

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Estas dos formas de 'estar' y de 'hacer' sociedad no son excluyentes; la instrumentalización económica y productiva del ser humano, lo que determina su presencia en la economía del mundo, no implica que pierda su propia fuerza creadora en cuanto persona, capaz de aportar diversidad y enriquecimiento en las relaciones personales que mantiene y también con la sociedad. Pero me temo que a Simone Biles, que ha conseguido ser una leyenda como algunos pretendían, nunca se le permitiría poner en cuestión el sistema de valores y la estructura económica que la colocó en Tokio, para admiración del Mundo. No todos tenemos las mismas capacidades, pero es que, además, la desigualdad crece.

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