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"Ser heterosexual, homosexual o bisexual no es algo que una persona pueda elegir ni cambiar"

Miembros de la comunidad LGTB.

Miembros de la comunidad LGTB. / MANJUNATH KIRAN (AFP)

La historia de la homofobia es larga, compleja y, a estas alturas de la historia, vergonzosa. El término homofobia comenzó a usarse por el psicólogo George Weinberg en la década de los sesenta y, en 1969, revistas como Time ya hablaban del problema social que suponían las actitudes y prejuicios contra el colectivo LGBT.

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Es cierto que hoy en día la homosexualidad está mucho más visibilizada, pero todavía hay 72 países en el mundo que penalizan la homosexualidad y, en 8 de ellos, se castiga con pena de muerte.

La homosexualidad no es una enfermedad, un trastorno mental ni un problema emocional. Tampoco es una moda o una etapa. Ser heterosexual, homosexual o bisexual no es algo que una persona pueda elegir ni cambiar. De hecho, las personas no eligen su orientación sexual, del mismo modo que no pueden escoger su estatura ni su color de ojos.

No es difícil de comprender, ¿verdad? Pero aún hay gente en el mundo que pretende 'curar' la homosexualidad. Y no es porque les tengan miedo a las personas homosexuales. No nos confundamos. 

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