"Hay otras selecciones que cada día ganan su Eurocopa particular sin ruido ni celebraciones"

En estos últimos días hemos asistido, a través de los medios de comunicación, a las múltiples celebraciones tras el triunfo de la selección española masculina en la Eurocopa de fútbol.

Desde el mismo momento de lograr la victoria en la final (con la gran alegría posterior en el vestuario), hasta la llegada al aeropuerto de jugadores y equipo técnico, las visitas a las máximas autoridades del país, el paseo en autocar descubierto por la capital y, sobre todo, las expresiones de inmensa felicidad en los rostros de una multitud enardecida por la gesta y entregada a los campeones.

Ganar una Eurocopa de fútbol es un gran logro, un éxito merecido y, sin duda, su celebración es consecuencia del esfuerzo y trabajo realizado por los futbolistas y el equipo técnico, receptores del homenaje y reconocimiento absoluto de todos y todas. Pero quería aprovechar estas líneas para mencionar y recordar a esas otras selecciones: aquellas formadas por trabajadores y profesionales íntegros, que cada día salen a su terreno de juego particular y que se dejan la piel para hacer su trabajo con entrega y dedicación.

Desde estadios multitudinarios, como el de la sanidad o la educación, donde el público (usuarios/alumnado y padres) es el árbitro indiscutible y exigentísimo, hasta otras canchas, como los servicios sociales, las Oenegés, los bancos de alimentos, los servicios de limpieza y seguridad y orden público, los bomberos, los torneros-fresadores, los camareros, los albañiles, los agricultores y tantas y tantas otras labores que inciden directa o indirectamente en el bienestar y calidad de vida de ese mismo público.

Pues sí, hay entre nosotr@s otras selecciones, invisibles, sin competiciones ni publicidad que cada día se ganan su Eurocopa particular sin hacer ruido, sin reconocimiento y sin celebraciones.

Y esto va por tod@s ell@s, campeon@s.