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"Salvar la democracia en Ucrania y en el mundo"

Visita no anunciada de Nancy Pelosi a Zelenski

Visita no anunciada de Nancy Pelosi a Zelenski / EFE VÍDEOS

En una reciente resolución, la cámara de representantes estadounidense (equivalente a nuestro Congreso de Diputados) aprobó casi por unanimidad un paquete de ayudas para Ucrania (económicas y humanitarias) por un valor de casi 40.000 millones de dólares, que, por boca de su presidenta, la demócrata Nancy Pelosi, contribuirá a “salvar la democracia” en Ucrania y en el mundo.

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Bien está que la que dice ser la primera democracia del mundo ayude a salvar ese bien tan antiguo y preciado, y muchas veces banalizado, que es la democracia. Desde la Grecia antigua (cuna de la democracia) hasta nuestros modernos días, esta ha ido evolucionando hasta el punto de que lo que era el gobierno del pueblo en sus orígenes, sería ahora un mismo camino entre este y los derechos humanos, en una relación tan profunda que una cosa depende de la otra y es incompleta sin ella.

Nuestros políticos y gobernantes actuales quizá han llegado, en muchos casos y como decía al principio, a banalizar tanto esa palabra que han olvidado sus verdadero espíritu. Los dignos representantes estadounidenses tal vez deberían darse una vuelta por su país y ver las grandes carencias que en lo tocante a derechos y libertades padecen o van a padecer (leyes que prohibirán el aborto en prácticamente todos los casos; pérdida de derechos civiles; una sanidad que será cada vez mas elitista y excluyente y un largo etcétera).

Y, mientras, aquí, en la vieja Europa, miramos casi de reojo el desmoronamiento de todas estas libertades y pensamos que tenemos en su mayoría sólidas y consolidadas democracias... y qué lejos de la realidad. El fulgurante ascenso de las políticas ultras, disfrazadas y vendidas muy convenientemente, nos debería hacer pensar qué democracia queremos salvar y no dar ni un paso atrás para que esos derechos y libertades -la democracia, en suma- no se pierda jamás.

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