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"Sacrificáis vuestra vida sin pedir nada a cambio"

Un doctor y un paramédico preparan el traslado de un paciente en la localidad de Hanau.

Un doctor y un paramédico preparan el traslado de un paciente en la localidad de Hanau. / REUTERS / KAL PFAFFENBACH

Juan José Conejo Corredera

Pertenecéis a la realeza. Por vuestras venas corre sangre azul, porque debajo del pecho os late el corazón de un héroe. Naciste para ser un héroe, naciste para ser una heroína. Las vanas palabras de amor se las lleva el viento, pero quedarán en el recuerdo vuestras hazañas. Sois gente normal, pero vuestro amor a la humanidad os elevará, tocaréis el cielo donde viven los sueños. Nacisteis para las grandes proezas, nacisteis para amar contra viento y marea.

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Querido héroe, querida heroína, vais siempre contracorriente. Vuestras gestas hablarán por vosotros cuando junto a los ángeles seáis eternos. Dar de beber al sediento, abrigar al que pasa frío y con palabras de fuego encender sus esperanzas, estas son vuestras medallas. Nacisteis del barro, moriréis con honor. Habéis perdido el temor a la muerte, ya no os queda nada que perder, solo queréis llevar la sonrisa al triste y al desesperado. Ellos nunca olvidarán que compartisteis el dolor de los desafortunados.

Mi querido enfermero, mi querida enfermera, que sacrificáis vuestra vida sin pedir nada a cambio, brillaréis cuando las llamativas luces del mundo se apaguen. Bailaréis en el palacio del Rey, aunque vuestros cuerpos, tan frágiles como los pétalos de una rosa, desaparezcan en el fondo de la tierra. Al final, solo quedarán vuestros generosos hechos, como inextinguible perfume de flores que alegrarán el corazón del Rey cuando vuestra fragancia inunde sus aposentos.

Si abrís bien vuestros ojos, veréis que no estáis solos, hay un mar de héroes que os rodea, y un hilo invisible que los conecta a todos. Aun el bebé recién nacido lleva el noble corazón de un héroe, aunque las tinieblas de la noche lo acaben convenciendo de lo contrario. Vamos a trazar un plan maestro, derrotaremos a la mentira que nos susurran constantemente al oído, vamos a creer que tenemos madera de héroes, vamos a demostrar nuestro amor con hazañas. Lograremos ser aquello para lo que nacimos, héroes de mascarilla en el palacio del Rey.

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