¿Sabemos realmente por qué salimos a la calle?

Es una buena noticia que la gente salga a la calle a apoyar una causa, pero ¿sabemos realmente por qué salimos? ¿Tenemos claro qué defiende cada uno de los proyectos enfrentados? Deberíamos aprovechar esta voluntad de cambio para debatir realmente, para construir una sociedad mejor, para involucrarnos. Es el momento de la responsabilidad política, del diálogo y de la búsqueda de consenso por el bien común. Es el momento no solo de que nuestros políticos se pongan a trabajar de verdad sino de que nosotros como sociedad aceptemos nuestra responsabilidad social.

La sociedad la construimos todos. Para construirla es necesario desarrollar el pensamiento crítico, racional y alejado de toda consigna demagógica y emocional. No avanzaremos como sociedad mientras sigamos perdiendo el tiempo con un objetivo indefinido, sin proyecto ni bases sólidas de mejora. No avanzaremos como sociedad mientras sigamos permitiendo que existan las clases sociales, mientras no seamos todos iguales ante la justicia. No avanzaremos como sociedad mientras sigamos permitiendo que nuestros votos no valgan lo mismo según la parte del territorio que se habita.

Debemos asumir nuestra responsabilidad social. No nos confundamos, salir a la calle armados con una bandera no es hacer política, no es hacer Historia, no es aportar nada al futuro de nuestros hijos. Es hacer bulto. La responsabilidad social es involucrarse, es defender el pensamiento crítico, es no confiar en lo que un único medio de comunicación dice, es tener interés e investigar para poder tener una opinión propia. En este momento histórico que nos ha tocado vivir es necesario que no nos dejemos llevar por la emoción, por lo fácil y llevemos a cabo un ejercicio de tolerancia y responsabilidad. Tenemos que conseguir que el talento se quede en casa y deje de buscar un futuro en el extranjero.

Es necesario que los que tienen el don de la palabra, de la estrategia, de la conciliación, se involucren y no dejen en manos de los intereses políticos y económicos nuestro futuro. Es el momento de liderar el progreso, de crear espacios de debate, ágoras de desarrollo, es el momento de la organización civil para recuperar el rumbo y el liderazgo del pueblo sin excluir, sin discriminar.