Rumores de crisis: Buscar la fuerza que nos hará cambiar para que todo siga bien

Cuando en el autobús, en el bar y en la peluquería se habla de crisis, la gente se asusta. La gente son clientes. Cuando esto sucede, los clientes no van al bar ni a la peluquería, compran menos, las empresas producen menos, el paro crece. Entramos en crisis.

El problema es cuando te encuentras al vecino, hablas con tu cuñado y el periódico dice que los indicadores económicos son negativos, y tu hijo te dice que si ya le cuesta ahora encontrar trabajo, qué pasará con una recesión. Dime cómo te quedas. Y lo peor son las familias y amistades que se enfadan porque cada uno tiene su opinión y cada uno cree que tiene razón. La gente se cansa y se decepciona con los políticos. Cree que no hacen todo lo posible para ponerse de acuerdo con la mejor solución aunque sea del contrario.

Estos son los efectos del miedo y si a esto le añadimos la inestabilidad política, no sabemos con exactitud cuál será su recorrido, creando una sensación de ansiedad y tristeza.

Como profesional de un sector tan necesario en nuestra sociedad como es la imagen, me pregunto qué puedo hacer ante un problema tan inquietante como es el rumor de la calle. ¿Hacerlo mejor?

Hay muchas maneras de hacerlo. Siendo puntual, positivo, tener curiosidad, imaginación, compromiso, actitud y habilidades. Conozco a muchos triunfadores en distintas profesiones, también en la mía. Ellos las tienen casi todas, pero hay una que es lo más y es su gran energía, algo que me produce envidia.

Somos unos privilegiados al vivir en un país como el nuestro, pero es el momento de copiar a la gente exitosa esa energía, esa fuerza que nos hará cambiar para que todo siga bien. Como decía mi padre, lo primero es lo primero y siempre es antes.