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"Ruido y más ruido, en Barcelona y en L'Hospitalet"

Recogida de basura en Barcelona, de noche.

Recogida de basura en Barcelona, de noche.

El ruido no es exclusivo de Barcelona. EL PERIÓDICO ha hecho un relato detallado de los inconvenientes que provoca en distintos barrios de la ciudad. Yo vivo en el límite de ambas ciudades: una acera es Barcelona y la otra, L'Hospitalet. Lo padecemos, por lo tanto, por partida doble. Unos ruidos se deben al incivismo y otros, a la rutina habitual, responsabilidad de ambos municipios.

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Al incivismo se deben las algarabías de los bares hasta altas horas; los conductores con la música puesta a tope que atruena mientras esperan el cambio de semáforo; las motos han conseguido aumentar el ruido, casi explosivo; las fiestas en pisos con las ventanas abiertas...

Los ruidos habituales: obras, que nunca acaban y que los diferentes servicios no se ponen de acuerdo para hacer a la vez. El ruido al levantar las baldosas del suelo es una tortura. Alguien me dijo, no sé si es cierto, que hay maquinaria más silenciosa, pero que resulta caro sustituir la que se tiene. Si eso es cierto habría manera de dedicar una parte del presupuesto para ir cambiándola cuando la actual se estropee. También está el vaciado de contenedores de residuos: de una parte nos despiertan a la una de la madrugada y de la otra a las tres. Es en la misma calle, dos servicios. La recogida de muebles, igual: a altas horas. Estaría bien que en lugar de arrojarlos al interior del camión los depositaran. Los decibelios serían diferentes.

Y ahora nos vienen los petardos de Sant Joan. Bien que los soportemos la verbena, pero no semanas antes y después, y no creo que petardos de una intensidad bestial tengan que estar accesibles para el público en general. Hay ancianos, bebés, enfermos, animales.

En fin, el ruido es una asignatura pendiente que reclama de civismo por parte de particulares y de control efectivo por las autoridades competentes.

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