"Aunque mi enfermedad no se vea por fuera, yo sigo estando enfermo"
Álvaro Montanini Sant Cugat del Vallès
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Un repartidor de Glovo / Jesús Hellín - Europa Press
Marco Somma
Hace unos días tuve una experiencia inquietante con el chat de soporte de Glovo. Durante una incidencia con un pedido, el asistente me pidió datos personales (correo electrónico y foto) mientras respondía con mensajes evidentemente automáticos. Cuando pregunté si era una persona, me confirmó que era una inteligencia artificial. Lo más preocupante es que, al solicitar atención humana y la eliminación de mis datos, el sistema ignoró mis peticiones y siguió procesando la conversación.
Entretodos
Posteriormente, al revisar la política de privacidad de Glovo (2025), descubrí que la empresa admite el uso de IA en la atención al cliente y que las conversaciones pueden ser almacenadas y reutilizadas para entrenar sus sistemas. Todo ello sin consentimiento explícito y con la posibilidad de transferir datos personales fuera de la UE.
Esto contradice claramente los principios de transparencia y consentimiento del Reglamento General de Protección de Datos (RGPD). Ningún usuario debería tener que entregar su información personal a un sistema automatizado sin saberlo ni poder hablar con una persona real. He presentado una reclamación ante la Junta Arbitral de Consumo de Catalunya y animo a otros consumidores a revisar qué hacen las empresas con sus datos.
Participaciones de loslectores
Álvaro Montanini Sant Cugat del Vallès
Alida Vicente Parets del Vallès
Ángel Gil Castilblanco de los Arroyos (Sevilla)
Miquel Trepat Director General de Cementiris de Barcelona
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