La represión de los lazos amarillos por la democracia

De imperdonable se puede calificar la demostración de fuerza represiva ejercida por la minoría de C's y PP (incluso PSC) en Catalunya, con amenazas de inhabilitación o incluso cárcel para nuestro actual presidente de la Generalitat, nada más y nada menos

¡Qué falta de respeto hacia las instituciones democráticas catalanas! Al mismo tiempo, de penosa se puede calificar la postura de ERC en este litigio, por la democracia, no por la independencia, no lo olvidemos, allanándose a las pretensiones del 'staff' político centralista español (PSOE, PP, C's y Vox no lo olvidemos tampoco). Cuando salió ya Maragall declarando públicamente no querer saber nada de la Crida y no querer saber nada de listas únicas en la venideras elecciones (dando alas así a C's) hizo un muy flaco favor a la unidad estratégica para conseguir que el pueblo catalán pueda decidir por si mismo su, he dicho "su", propio futuro.

Demasiada obsesión por conseguir ser primeros en Catalunya (el Govern fue destituido ilegalmente por el 155 con Puigdemont al frente, aunque no lo quiera admitir el entonces vicepresidente; si hubiera sido con Oriol de presidente, lo apoyaríamos exactamente del mismo modo).

Como sigan así los de Esquerra, se van a pegar un "tortazo" electoral de pleno, que no se van a levantar en años. Resulta evidente que estamos hablando desde el principio de los ya famosos y odiados, por muchos, lazos amarillos representativos, no de la pretensión de independencia del pueblo catalán, sino de la pretensión para conseguir la estabilidad de nuestra maltrecha democracia. Se trata de normalizar la democracia en un país que se encamina justamente en dirección contraria, a pasos agigantados.

Por la democracia y porque creo fielmente en ella, a partir de hoy llevaré el lacito amarillo en mi solapa. Hasta el día de hoy lo llevaba más en el corazón que físicamente. No necesitaba mostrarlo. Pero a partir de hoy necesito mostrarlo, porque me siento amenazado por todos estos personajes represores de la España actual (y antigua) que están dejando en mal lugar la condición humana.